Entrevista a Samira Hermanos
Por Vivi Montes
1.
¿Cuál es la historia de los Samira Hermanos?
Los integrantes
de Samira Hermanos nos conocimos entrenando en un taller de clown. Fuimos
compañeros durante tres años o más, en la que fue una experiencia de formación
tremendamente reveladora en la actuación y en lo humano. En ese taller,
periódicamente hacíamos muestras o clases con público que resultaban muy estimulantes.
Llegó un momento en que algunos de quienes integrábamos ese taller sentimos unas
ganas muy fuertes de generar otros espacios de creación y donde mostrar lo que
hacíamos, más allá de las muestras o clases abiertas del taller. Así fue que,
de algún modo, nos auto-convocamos. Comenzamos a reunirnos por fuera del
horario del taller, en una sala que alquilábamos. Y allí, semana a semana,
comenzó a gestarse una suerte de laboratorio de actuación, en el que de manera
colectiva –sin un profesor ni director - improvisábamos a partir de alguna
idea, movimiento, propuesta, e íbamos encontrando y desarrollando personajes o
incluso pequeñas escenas. Eso fue en septiembre de 2015 y desde ese momento a
hoy no paramos. Literalmente, no paramos (salvo algunas semanas de enero!).
2.
¿Cómo piensan o sienten el clown?
Ser
payaso es como quitarle al mundo, por un momento, la máscara de la solemnidad.
Como izar la bandera de la rebeldía, porque el rebelde cuestiona, provoca,
conmueve. El payaso es un rebelde. Como un fuego. Como un niño. Su única excusa es el deseo,
avalado por la nariz roja. La máscara más pequeña que, paradójicamente,
desenmascara. Una máscara para acercarse al otro y llevarlo a descubrir otra
mirada de sí mismo, y de la vida. Después,
por supuesto, a ese espíritu, se le agregan los condimentos técnicos del
lenguaje teatral.
3.
¿Cómo armaron “Le fin infinité”?
Este espectáculo lo
veníamos buscando de algún modo desde el inicio mismo del grupo, sin darnos
cuenta. Hace tiempo que veníamos con la idea de crear una obra de clown, generar
un espectáculo que superara el formato de varieté. No porque nos disguste ese
formato sino porque sentíamos que algo en común empezaba a tejerse entre los
personajes y sus mundos, y queríamos revelarlo y explorarlo. Hasta hace poco
Samira Hermanos no trabajaba con alguien que cumpliera el rol de dirección.
Entonces, todo el trabajo presentado ha sido realmente una creación colectiva,
dirigida colectivamente. Todo lo construimos y decidimos a partir de la mirada
de todos los integrantes. En este quehacer colectivo a lo largo de estos tres
años fuimos probando distintas formas de trabajo: encuentros de pura
improvisación, ensayos planificados, filmar y ver los ensayos, sentarnos a
escribir, rotar en el rol de directores, etc. Finalmente, siempre decantó la
mirada colectiva, la construcción común. La verdad es que ha sido una experiencia muy rica para todos, de la que
estamos muy orgullosos. Como parte de ese proceso, este año sentimos que era
momento de contar con una mirada externa e integral que nos ayudara a cerrar la
obra como tal. Por eso convocamos a dos colegas (Walter Vázquez y Mauro Vuoto)
para que asumieran un lugar de dirección. Sin dudas han sido la valiosa pieza
que faltaba para llegar a la obra que tenemos hoy. Además, incorporamos un
equipo que se ocupó del diseño de luces y del diseño y realización de la
escenografía y vestuario.
4.
A diferencia del teatro clásico, ustedes
trabajan mucho con el público. Podría decirse que el público está bastante
integrado en la función, ¿cómo es esa relación con la platea?
Siempre el teatro es con
el público. Sin embargo, el clown permite más que ninguna otra técnica y
lenguaje la comunicación abierta, el juego, el encuentro directo. Somos
payasos, entre otras cosas, porque nos permitimos jugar con lo que sucede ahí
mismo, con lo que se presenta tanto en escena como desde el público. Nos
animamos a romper esa famosa cuarta pared (de la que siempre deberíamos dudar)
para tomar lo que el público ofrece, jugar con eso, y devolverlo multiplicado y
transformado. No es fácil. Es todo un desafío y una responsabilidad, porque
quienes estamos en escena, proponiendo el juego, en definitiva, somos nosotros,
los actores/clowns. Además, cada escena y la obra tienen su estructura y su
recorrido, entonces lo interesante de jugar con el público es poder desviarnos
de ese recorrido para luego volver a él. Volver a contar lo que queríamos
contar, pero con la energía y los matices que se acumularon en esa interacción
tan directa y espontánea con quienes nos están mirando - y no sólo mirando. Porque
el público no sólo mira; probablemente también mientras nos ve siente, piensa, recuerda,
acumula, se mueve, se le mueven cosas adentro… y mucho de eso se exterioriza.
Está en nuestra sensibilidad como payasos detectar ese movimiento y tomarlo
para potenciar lo que ofrecemos desde el escenario. Así que, resumiendo, esa
relación para nosotros es fundamental, absolutamente necesaria.
5.
Como
grupo tienen una base musical muy fuerte que se expresa sólidamente en la
escena y se traslada, incluso, a la composición de los personajes, ¿cómo es la
relación entre ese universo musical y la palabra hablada a la hora de encarar
el trabajo de composición del espectáculo?
Los payasos siempre
buscamos con qué jugar. Jugamos con el propio cuerpo, con objetos, y también
con los sonidos y la música. Así es que la música fue ingresando naturalmente, como
un elemento más que se ponía en juego, en ese “laboratorio” que fueron los ensayos.
Las melodías improvisadas en la guitarra o los sonidos desde el teclado o algún
instrumento de percusión, así como las voces, empezaron a tener su lugar en las
improvisaciones que luego dieron lugar a las escenas. Así, todo se fue fusionando en pos de generar una
atmósfera que sostenga y potencie la escena.
6.
¿Algo más que nos quieran contar?
Bueno, que ahora estamos
presentando Le fin infinité, todos los viernes
de octubre a las 22.30hs en la sala Marechal de la Universidad Nacional de las
Artes (Sede French 3614). Probablemente en noviembre y diciembre agreguemos
funciones en otra sala. Les iremos informando de nuestras presentaciones en
nuestra página de Facebook (Samira Hermanos) e Instagram (samirahermanos).
Por último, rescatar el
valor del teatro independiente en tanto manifestación de y refugio para todas
las expresiones posibles de este arte hermoso que es el teatro.
7.
Una de las ideas de este espacio es crear una
red más amplia que la que pueda abarcar nuestra propia mirada Mirona, así que les
proponemos que nos recomienden alguna/s obra/s que estén en cartel y les
parezcan imperdibles.
Es una pregunta
difícil porque es muy personal. Pero podríamos decirte que a todos los que
integramos Samira Hermanos nos han gustado mucho los trabajos de Tamorto (de
Jorge Costa), Othelo (de Chamé Buendía) y Terrenal (de Mauricio Kartun), obras
que ya llevan varias temporadas en cartel. ¡Las recomendamos!
¡Gracias
Samira Hermanos por compartir sus historias, miradas y reflexiones con
nosotrxs!
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