El
semblante del mal
Sobre
“Potestad” de Eduardo Pavlovsky
Dirección:
Norman Briski
Por Vivi Montes
¿Cómo
reconocer a un monstruo? ¿Qué signos buscar en su rostro monstruoso? ¿Qué
rasgos en su cotidianeidad? Queremos malos evidentes, exigimos reconocerlos a
primera vista. Pero, qué pasa cuando la construcción de esos personajes
abominables no se rige por los postulados de la evidencia maniquea, qué sucede
cuando el teatro nos enfrenta con el miedo a confundirlos.
Potestad instaló polémica desde el
primer instante de su aparición en plena reapertura democrática y despliega hoy
una cantidad inmensa de interrogantes. La puesta conmueve formas y presupuestos
instalando en un escenario inmenso a una mujer. Una mujer con una máscara
foránea narra al hombre detrás del apropiador. Se desplaza deslizándose por el
espacio escénico y por la historia, sobre una pila de cadáveres amontonados,
imponiendo al espectador una distancia significativa.
María
Onetto expone un trabajo de una rigurosidad extrema y una ejecución impecable
que dialoga efectivamente con la osada creatividad de Briski envuelta en el
bellísimo vestuario diseñado por Renata Schussheim y enmarcada en sutiles
juegos que, entre lo escenográfico, lo sonoro y lo lumínico completan un
universo maravilloso.
Seguramente
no haya un sentir unívoco en relación a la puesta de Briski porque se trata de
una propuesta provocadora, que subvierte todas las formas clásicas, la de la
obra de Pavlovsky en primer lugar, luego la del tradicional Teatro Noh japonés.
En ese subvertir, esta puesta de Potestad
resulta en una confluencia de estéticas, en el encuentro de oriente y
occidente, de lo femenino y lo masculino, de lo vivo y lo muerto; y la
confusión temporal… antes, ¿antes cuándo? ¿ahora cuándo? Ahora que pretenden
negar el pasado, ahora que todavía nos falta restituir la identidad de cientos
de hombres y mujeres que fueron los niños y niñas robadxs ayer.
Ahora, Potestad, convocando la aproximación de
universos dispares para volver a poner sobre la mesa/escena la discusión que no
cesa (no debe cesar, sobre todo ahora) sobre el semblante que enmascara el mal
y lo disfraza de “normal”. Ahora, Potestad,
para no olvidar, no perdonar, no reconciliar y sobre todo, para no ser
cómplices de una trágica repetición.
FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA:
Elenco: María Onetto
Vestuario: Renata Schussheim
Escenografía: Leandro Bardach
Diseño sonoro y música en vivo: Tomás Finkelsztein
Entrenamiento y asistencia en traspolación de teatro noh: Daniela Rizzo
Realización Escenográfica: Guillermo Bechthold, Ignacio Lang y Fernando
Neumann
Realización Vestuario: Jorge Maselli y Cristina Tavano
Fotografía: Catriel Remedi
Comunicación y prensa: Mutuverría PR
Asistencia de dirección: David Subi
Dirección: Norman Briski
DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN TEATRAL:
Coordinación general: Florencia Pereiro
Dirección artística y Producción ejecutiva: Marcelo Melingo y Horacio
David
EQUIPO TÉCNICO:
Director técnico: Diego Smolovich
Sala: Christian Martorel y José Mingoranze
Escenario: Luis Vargas y Mariano Katz
Luces: Emiliano Huala
Sonido: Emilio Nícoli
Funciones: Jueves a las 21 y Sábados 22.30hs
En Caras y Caretas 2037 - Sarmiento 2037, CABA
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