Ese alguito que
late en el pecho
sobre “El jolgorio
de los Santos” de Alejandro Lifschitz
por Gastón Czmuch
En un pueblito rural mejicano,
en un tiempo que podría ser este u otro anterior, estamos por asistir a los
festejos del 2 de noviembre: el día de todos los muertos. Este pueblo, para
conmemorarlo, organiza un concurso de altares entre las distintas vecindades
que lo integran. Y allí es que nosotros estaremos junto con la vecindad del
Pasaje: ellos no quieren participar para no volver a ser derrotados nuevamente
por sus eternos contrincantes, los de la vecindad del Boulevard. Y hasta ya lo
habían decidido, no tienen talento para volver a presentarse. Pero todo cambia
cuando, mediante carteles pegados por todos lados, los ganadores se burlan y
hieren el orgullo de nuestros protagonistas. Es así como, con la ayuda de un
artista que ha regresado al pueblo, deciden participar una última vez para
limpiar su honor.
La propuesta dramatúrgica es
muy interesante, ya que detrás de la fábula aparece toda otra discusión, que no
define plenamente… Como si el propio texto arrojara preguntas que se van
instaurando nos hace pensar en cómo, en este momento post caída de los grandes
relatos el arte ya habla de sí mismo olvidando otras conexiones ancestrales y
rituálicas, quienes son los que juzgan a la obra de arte: un jurado de
críticos, el público o el propio artista como hacedor único de su obra, y si es
necesario que la obra siempre de cuenta de sí misma para poder instaurarse como
tal hoy día. Y, aunque todo esto nos vaya interrogando a lo largo de la pieza,
esta no pierde su pista, logrando un final lleno de ternura y emoción.
Las actuaciones acompañan el
tránsito que hacemos como espectadores en este viaje, en este homenaje a
nuestros seres queridos que ya no están, entre jolgorio, ternura y mezcalito.
Se destaca fuertemente la presencia musical que ayuda a atinar con los climas
de la obra.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Alejandro Lifschitz
Actúan: Juan Aráoz de Cea, Osvaldo Djeredjian,
Ailín Hercolini, Alejandro Lifschitz, Olave Mendoza, Ariel Moldes, Álvaro Moya
Vestuario: Adela Diaz
Escenografía: Adela Diaz
Iluminación: Jessica Tortul
Fotografía: Daniel Watanabe
Diseño gráfico: Juan Aráoz De
Cea
Prensa: Carolina Reznik
Dirección: Alejandro Lifschitz
y Gustavo Slep
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