viernes, 19 de octubre de 2018

Oídos sordos, palabras… ciertas. Sobre “El loco y la camisa”


Oídos sordos, palabras… ciertas
Sobre “El loco y la camisa”

Por Vivi Montes


De inicio la puesta nos introduce en la cotidianeidad de una familia de zona sur. Madre padre, una hija y un hijo. La incomunicación es una constante en la dinámica familiar, la escucha no se traduce en el entendimiento de las palabras del otro. A la vista del espectador, las situaciones que suscita la incomprensión varían en intensidad movilizando diversos sentimientos; la comicidad impregna varias escenas, pero no falta el impacto que le imprimen a la obra el factor sorpresa y la irrupción de la violencia en algunos momentos puntuales.

Algo es diferente ese día al que asistimos, el novio de María Pía, la hija, será presentado a la familia. La introducción de este Otro, que viene de afuera, profesional, de zona norte, de familia “bien”, desata el conflicto en un in crescendo que no da respiro hasta el final de la obra. El personaje que motoriza “las verdades” familiares es Beto, el hijo, el loco. Él expone ante todos lo silenciado, lo oculto, lo conscientemente ignorado e implica a los restantes integrantes de la familia, desnuda sus miserias usando las palabras justas. Entonces provoca el repudio histórico que sufren los portadores de verdades, desde Tiresias hasta nuestros días, los que saben, los que ven y tienen el valor de decir en un mundo que prefiere estigmatizar y bloquear la escucha antes que aceptar  algunas palabras ciertas.

El loco y la camisa es prueba de la consolidación del trabajo teatral que tiene continuidad, llevan ya 9 años en cartel en distintos escenarios. Todo el juego crece hasta estallar en la interacción de los personajes entre sí y con el texto; la dramaturgia y las actuaciones son los elementos fuertes que construyen y sostienen esta gran puesta.


Ficha artístico técnica:
Elenco: Soledad Bautista, (María Pía, la hija) / Gabriel Beck, (Beto, el hijo) / José Pablo Suárez, (Mariano, el novio) / Ricardo Larrama, (José, el padre) y Lide Uranga, (Matilde, la madre)
Diseño escenográfico: Luciano Stechina / Diseño gráfico: Clara de Olano / Prensa & Difusión: Simkin & Franco / Fotografías: Camile Fourcaud
Dramaturgia: Nelson Valente (diálogos en colaboración con los actores)
Dirección: actualmente a cargo de los actores

Funciones octubre - noviembre: martes 20.30 hs
Dónde: Teatro El Picadero.
Dirección: Pasaje Santos Discépolo 1857, C.A.B.A.

jueves, 11 de octubre de 2018

Entrevista a Samira Hermanos


Entrevista a Samira Hermanos
Por Vivi Montes
1.      ¿Cuál es la historia de los Samira Hermanos?
Los integrantes de Samira Hermanos nos conocimos entrenando en un taller de clown. Fuimos compañeros durante tres años o más, en la que fue una experiencia de formación tremendamente reveladora en la actuación y en lo humano. En ese taller, periódicamente hacíamos muestras o clases con público que resultaban muy estimulantes. Llegó un momento en que algunos de quienes integrábamos ese taller sentimos unas ganas muy fuertes de generar otros espacios de creación y donde mostrar lo que hacíamos, más allá de las muestras o clases abiertas del taller. Así fue que, de algún modo, nos auto-convocamos. Comenzamos a reunirnos por fuera del horario del taller, en una sala que alquilábamos. Y allí, semana a semana, comenzó a gestarse una suerte de laboratorio de actuación, en el que de manera colectiva –sin un profesor ni director - improvisábamos a partir de alguna idea, movimiento, propuesta, e íbamos encontrando y desarrollando personajes o incluso pequeñas escenas. Eso fue en septiembre de 2015 y desde ese momento a hoy no paramos. Literalmente, no paramos (salvo algunas semanas de enero!).


2.      ¿Cómo piensan o sienten el clown?
Ser payaso es como quitarle al mundo, por un momento, la máscara de la solemnidad. Como izar la bandera de la rebeldía, porque el rebelde cuestiona, provoca, conmueve. El payaso es un rebelde. Como un fuego. Como un niño. Su única excusa es el deseo, avalado por la nariz roja. La máscara más pequeña que, paradójicamente, desenmascara. Una máscara para acercarse al otro y llevarlo a descubrir otra mirada de sí mismo, y de la vida. Después, por supuesto, a ese espíritu, se le agregan los condimentos técnicos del lenguaje teatral.  




3.   ¿Cómo armaron “Le fin infinité”?
Este espectáculo lo veníamos buscando de algún modo desde el inicio mismo del grupo, sin darnos cuenta. Hace tiempo que veníamos con la idea de crear una obra de clown, generar un espectáculo que superara el formato de varieté. No porque nos disguste ese formato sino porque sentíamos que algo en común empezaba a tejerse entre los personajes y sus mundos, y queríamos revelarlo y explorarlo. Hasta hace poco Samira Hermanos no trabajaba con alguien que cumpliera el rol de dirección. Entonces, todo el trabajo presentado ha sido realmente una creación colectiva, dirigida colectivamente. Todo lo construimos y decidimos a partir de la mirada de todos los integrantes. En este quehacer colectivo a lo largo de estos tres años fuimos probando distintas formas de trabajo: encuentros de pura improvisación, ensayos planificados, filmar y ver los ensayos, sentarnos a escribir, rotar en el rol de directores, etc. Finalmente, siempre decantó la mirada colectiva, la construcción común. La verdad es que ha sido una experiencia muy rica para todos, de la que estamos muy orgullosos. Como parte de ese proceso, este año sentimos que era momento de contar con una mirada externa e integral que nos ayudara a cerrar la obra como tal. Por eso convocamos a dos colegas (Walter Vázquez y Mauro Vuoto) para que asumieran un lugar de dirección. Sin dudas han sido la valiosa pieza que faltaba para llegar a la obra que tenemos hoy. Además, incorporamos un equipo que se ocupó del diseño de luces y del diseño y realización de la escenografía y vestuario.  

4.   A diferencia del teatro clásico, ustedes trabajan mucho con el público. Podría decirse que el público está bastante integrado en la función, ¿cómo es esa relación con la platea?
Siempre el teatro es con el público. Sin embargo, el clown permite más que ninguna otra técnica y lenguaje la comunicación abierta, el juego, el encuentro directo. Somos payasos, entre otras cosas, porque nos permitimos jugar con lo que sucede ahí mismo, con lo que se presenta tanto en escena como desde el público. Nos animamos a romper esa famosa cuarta pared (de la que siempre deberíamos dudar) para tomar lo que el público ofrece, jugar con eso, y devolverlo multiplicado y transformado. No es fácil. Es todo un desafío y una responsabilidad, porque quienes estamos en escena, proponiendo el juego, en definitiva, somos nosotros, los actores/clowns. Además, cada escena y la obra tienen su estructura y su recorrido, entonces lo interesante de jugar con el público es poder desviarnos de ese recorrido para luego volver a él. Volver a contar lo que queríamos contar, pero con la energía y los matices que se acumularon en esa interacción tan directa y espontánea con quienes nos están mirando - y no sólo mirando. Porque el público no sólo mira; probablemente también mientras nos ve siente, piensa, recuerda, acumula, se mueve, se le mueven cosas adentro… y mucho de eso se exterioriza. Está en nuestra sensibilidad como payasos detectar ese movimiento y tomarlo para potenciar lo que ofrecemos desde el escenario. Así que, resumiendo, esa relación para nosotros es fundamental, absolutamente necesaria.

 
5.   Como grupo tienen una base musical muy fuerte que se expresa sólidamente en la escena y se traslada, incluso, a la composición de los personajes, ¿cómo es la relación entre ese universo musical y la palabra hablada a la hora de encarar el trabajo de composición del espectáculo?
Los payasos siempre buscamos con qué jugar. Jugamos con el propio cuerpo, con objetos, y también con los sonidos y la música. Así es que la música fue ingresando naturalmente, como un elemento más que se ponía en juego, en ese “laboratorio” que fueron los ensayos. Las melodías improvisadas en la guitarra o los sonidos desde el teclado o algún instrumento de percusión, así como las voces, empezaron a tener su lugar en las improvisaciones que luego dieron lugar a las escenas. Así, todo se fue fusionando en pos de generar una atmósfera que sostenga y potencie la escena.

6.   ¿Algo más que nos quieran contar?
Bueno, que ahora estamos presentando Le fin infinité, todos los viernes de octubre a las 22.30hs en la sala Marechal de la Universidad Nacional de las Artes (Sede French 3614). Probablemente en noviembre y diciembre agreguemos funciones en otra sala. Les iremos informando de nuestras presentaciones en nuestra página de Facebook (Samira Hermanos) e Instagram (samirahermanos).
Por último, rescatar el valor del teatro independiente en tanto manifestación de y refugio para todas las expresiones posibles de este arte hermoso que es el teatro.




7.   Una de las ideas de este espacio es crear una red más amplia que la que pueda abarcar nuestra propia mirada Mirona, así que les proponemos que nos recomienden alguna/s obra/s que estén en cartel y les parezcan imperdibles.
Es una pregunta difícil porque es muy personal. Pero podríamos decirte que a todos los que integramos Samira Hermanos nos han gustado mucho los trabajos de Tamorto (de Jorge Costa), Othelo (de Chamé Buendía) y Terrenal (de Mauricio Kartun), obras que ya llevan varias temporadas en cartel. ¡Las recomendamos!

¡Gracias Samira Hermanos por compartir sus historias, miradas y reflexiones con nosotrxs!



lunes, 8 de octubre de 2018

La historia como comedia. Sobre “La juria: comedia gaucha”


La historia como comedia
Sobre “La juria: comedia gaucha”

Por Vivi Montes

Revisitar la historia es cosa seria. Obliga a enfrentar preguntas sobre qué narrar, cómo hacerlo, cómo componer los personajes y a través de qué elementos teatrales. En el caso de La juria, la elección histórica es sumamente atractiva, se toma como nodo el aditamento amoroso que nutre la historia entre el “Chacho” Peñaloza y el “Tigre” Quiroga, que por cierto son personajes poco frecuentados en las páginas de la historia canónica.

Entonces, allí tenemos algunas primeras decisiones que La Juria asume: rescatar personajes valiosos pero poco visibles desde la óptica oficial y cruzar su historia con la Historia, ubicándolos como parte de un triángulo amoroso que mucho dice, también, sobre los modos de relacionarse, perspectiva de género mediante, cuando la mujer  (o la niña) es tan solo una prenda, un objeto de obligada obediencia.

Otra de las decisiones valerosas de esta puesta supone el desafío de encarar el relato desde el humor. Y el desafío se cumple airosamente, el público ríe de cabo a rabo sin que se desdibujen los valores con que la pieza intenta calar el ánimo de lxs espectadores e interpelarlo reflexivamente. La Juria recupera ciertos recursos e imágenes del teatro popular de larga data en la escena nacional, integrando el chiste inocente, sencillo pero eficaz con un entramado complejo que conjuga la idea de una patria libre, federal y más justa con la intimidad de los sentimientos de los protagonistas.

Destacan, en la puesta en escena de este conjunto de decisiones acertadas, el texto, el diseño del espacio y la dirección de Rodrigo Tanoira; las versátiles actuaciones de Gonzalo Almada y Juan Pablo Raele. Ambos se enfrentan a la demandante labor de componer diversos personajes en un trabajo donde lo físico y los cambios de tono entre escenas imponen una exigencia aún mayor. Este equipo lo deja todo sobre el escenario para remontar la historia y enfrentarnos a preguntas que resuenan en el presente porque sabemos la historia se repite, siempre se repite, a veces como farsa, a veces como tragedia. Aquí, como una gran propuesta teatral.



Ficha artístico técnica:
Actúan: Gonzalo Almada, Juan Pablo Raele
Voz en Off: Santiago Maurig
Vestuario: Julieta Fassone
Diseño de espacio: Rodrigo Tanoira
Diseño de luces: Gonzalo Almada
Libro y dirección: Rodrigo Tanoira
Producción General: Compañía LA JURIA

FUNCIONES: Sábados 21hs
Teatro Astrolabio (Terrero 1456 – CABA)


miércoles, 3 de octubre de 2018

Cualquier coincidencia con la realidad… Sobre “10K. Solo para runners”


Cualquier coincidencia con la realidad…
Sobre “10K. Solo para runners”

Por Vivi Montes

Pablo. Hombre, 40 años. Divorciado. Dos hijas. Desocupado. Las fábricas cierran o reducen personal. Personal calificado, difícil que pueda volver a insertarse en el mercado prontamente. Pablo corre. Pablo es runner. Runner, una voz extranjera inserta en un presente neoliberal que todo lo arrasa. ¿Pablo corre para escapar? ¿Corre hacia a algún lugar? ¿Cuál es la meta? ¿Dónde está? Corre, como otrxs, un ejército de boludos corriendo a la nada.

Corre y relojea culos, piensa en su ex, en sus hijas, hilvana cotidianeidad y corrida; bicicleta financiera y medición del tiempo se entrelazan. Correr requiere precisión, técnica. Pablo se dispersa y entrama recuerdos, preocupaciones y una lectura lúcida del presente que emana del texto de Esteban Mizrahi, autor de la obra. Emiliano Díaz desarrolla el personaje con gran técnica. Su actuación se extiende en un espectro amplio y cautivante. Solo, en un espacio acotado y sobre un fondo negro que, magistralmente se convierte en escenografía demuestra una maravillosa capacidad para sostener las miradas en todo momento.

La puesta es precisa. La proximidad del personaje y el público nos implica a todxs, y la atención de lxs espectadorxs se encabalga en un ritmo que no cesa y distribuye intensidad con exactitud. La dirección de Germán Rodríguez despliega los elementos teatrales incisivamente, todo está en su justa medida, construye ambientes y delinea al sujeto que encarna distintas aristas de la sociedad que somos. Lxs de la mirada crítica, lxs machistas, lxs serviles, lxs que no saben cómo accionar para cambiar el rumbo, todxs estamos reflejados allí. ¿Será que todxs somos runners sin saberlo? De ser así deberíamos detenernos por un momento, respirar profundo, estirar los músculos y  afilar la mirada para identificar qué carrera estamos corriendo y qué encontraremos tras la ansiada línea de llegada.





Ficha artístico técnica:

Dramaturgia: Esteban Mizrahi
Actúa: Emiliano Díaz
Diseño de Luces: Paula Fraga
Fotografía y diseño gráfico: Lucía Mizrahi
Asesoramiento coreográfico: Manuco Firnari
Dirección: Germán Rodríguez

Funciones: Sábados 21hs.
Sigue la polilla (Castro Barros 874 – C.A.B.A.)