miércoles, 10 de julio de 2019


Si se pudiese desear sin límites
Por Valeria Arévalos

En un rincón: las madres. En el otro rincón: lxs hijxs. En el medio: el amor, el deseo, los miedos, la vulnerabilidad, la fuerza, la alegría, el baile, el llanto, la bronca, los secretos, las ganas, el karaoke, el tren.



La maternidad idealizada sólo existe en los reality-shows o en las revistas. En la vida real el proceso es acompañado por dudas, errores y decisiones que forman parte del devenir madre y de saberse falible. Silvia Villazur encarna a una madre que teme y es ese temor el que la encadena al piso, pero ¿a qué le tiene miedo en realidad? Su hijo, Juan Ignacio (Guido Botto Fiora), está ahí, con ella y para ella. Está presente en su vida y la mínima posibilidad de distancia la enfrenta con la posibilidad de una profunda soledad. Entonces se equivoca, lo cuida hasta de sí mismo, le corta alas que aún no crecieron, lo aísla de un padre que no lo quiere y pretende acompañarlo al colegio cada día como símbolo de ese transitar juntxs la vida en mutua dependencia. El, sin embargo, quiere volar, desea y quiere fuerte, quiere mucho, se anima y juega, se anima y llama a ese padre, aunque la respuesta del otro lado sea el desamor, se anima y pide un deseo (y dos y tres). Se anima…y le suelta la mano a la madre, aunque sea por unas cuadras.   


Valeria (en la función que vimos, interpretada por Cali Rotondo) es la prima que viene de la Capital. Su madre también se equivoca, le encuentra un porro y decide aislarla de todo su mundo (universidad, novio, amigxs). Tanto Valeria como Juan cargan con carteles dibujados por sus madres: el Especial – la Drogadicta. Sin embargo, estxs primxs deciden asumir el peso de esos estigmas y llevarlos como una mochila más para su viaje, invertir tiempo en afirmar lo que no son sería en vano. Deciden relacionarse desde el amor y la libertad, desde la alegría y la falta de temores propio de la edad. Llenan por unos días esa casa de música y bailes, de charlas y planes. Ambxs quieren subirse a un tren y partir y ambxs lo lograrán. Juntxs y poderosxs.


Como si pasara un tren de Lorena Romanín genera un viaje a la emoción, pasando imperceptiblemente de la risa al llanto. Las interpretaciones de Villazur, Botto Fiora y Rotondo son sensibles y exactas, se nota el trabajo detrás de la obra. Todo el dispositivo escénico nos invita a ingresar a ese living y disfrutar de una historia única y, a la vez, una historia como tantas otras.

Ficha técnico artística


La mirada envuelta en el devenir de mente. Sobre “Play. El juego de la mirada, el punto y el viento”


La mirada envuelta en el devenir de mente
Sobre “Play. El juego de la mirada, el punto y el viento”

Por Vivi Montes



Una voz solicita apagar los celulares y anuncia el comienzo próximo de la experiencia. No una obra, no una función, no un espectáculo, sino una experiencia. Oscuridad. Se oyen algunos sonidos y frente a los ojos expectantes de la platea se proyectan los credits  de la obra. Momento… el teatro no tiene créditos iniciales, eso es cosa del cine, la proyección entre onírica y espectral de imágenes mediante un haz de luz también, pero… momento… también hay cuerpos en escena, un hombre detrás de las letras y objetos proyectados yace agonizante en una cama. La intermitencia entre luz y oscuridad crea un clima magnífico para lo que está por venir.

Un viaje onírico por la vida que pasa ante los ojos de quien se encuentra en la antesala de la muerte envuelve a todxs lxs presentes en una experiencia alucinante. Intérpretes e imágenes se yuxtaponen e interactúan con precisión, el plano sonoro intensifica la vivencia y de pronto, irrumpe el vacío. La ausencia visual potencia otros sentidos creando un momento único para completar esta inmersión en un juego que nos muestra que el teatro siempre puede ser un multiplicador de mundos y una apertura a universos fascinantes.


Ficha artístico técnica:

Performers (por orden alfabético): Lautaro Cianci, Luis Garbossa, Sara Mabbi, Martina Malano
Idea y Dramaturgia: Ernesto Pombo
Coreografía: David Señoran
Asistencia Coreográfica: Virginia Rossi
Video y Música Original: Ernesto Pombo
Diseño de Iluminación: Ernesto Pombo
Asesoramiento de Iluminación: Fernando Chacoma
Voz de Madre: Sol Hanine
Diseño y Realización de Vestuario: Laura Sol Torrecilla 
Fotografía: Adrián Arellano
Redes: Sebastián Cabello
Prensa: Simkin & Franco
Producción: Ernesto Pombo
Asistencia de Producción: Anasofía Huerta Flores 
Dirección General: David Señoran, Ernesto Pombo

Un espectáculo de Buenos Aires Teatro y Multimedia y Compañía David Señoran

Funciones: Sábados 23:30hs.
Hasta Trilce Teatro (Maza 177 – CABA)


Nada es lo que parece
sobre “La habitación de Verónica” de Ira Levin
por Gastón Czmuch

Susan y Larry, una pareja de jóvenes, van a pasar un día en un pueblo a las afueras de la gran ciudad. Dentro de un restaurante, una pareja mayor se les acercan anonadados por el gran parecido entre Susan y una chica llamada Verónica que murió hace años. Ellos, el Sr. y la Sra. Mackey, son el jardinero y la ama de llaves de esta familia. Es allí en donde los Mackey le piden a Susan que les conceda un gran favor: que los acompañe hasta la antigua mansión y, una vez allí, encarne durante una sola hora a Verónica. Le hacen este pedido para aliviar el sufrimiento del último miembro sobreviviente de esta familia: Cissie, la hermana de Verónica que ahora, vieja y senil, cree que sigue viviendo en el pasado cuando Verónica todavía estaba viva y se pregunta porque no acude a hablar con ella y a visitarla… el Sr. y la Sra. Mackey piensan que sería un enorme gesto de Susan para con esta pobre mujer que nunca ha aceptado que su hermana este muerta.



A partir de este momento la obra comenzará a retorcerse. Como en un juego de cajas chinas infinitas, la fábula dará giros completamente inesperados para el espectador que tensionan cada vez más la trama. Si bien las actuaciones son muy buenas, se destaca plenamente la histrionismo de Esther Goris, y la ductilidad de Florencia Otero (quien además está prácticamente toda la obra en escena), la precisión de Horacio Roca y los diferentes matices en el trabajo de Adrián Lazare.

La obra se ofrece los martes a las 21:00 en Teatro Picadilly (Av. Corrientes 1524 – CABA)


Ficha técnico artística
Autoría: Ira Levin
Actúan: Esther Goris, Adrián Lazare, Florencia Otero, Horacio Roca
Pelucas: Fabián Sigona
Diseño de vestuario: Pablo Battaglia
Diseño de luces: Gisela Marchetti
Música original: Martin Bianchedi
Fotografía: Nacho Lunadei
Prensa: Ximena Goldenberg
Producción ejecutiva: Ramiro Pasini
Producción: Diego Feldman, José María Gómez Santa Cruz
Asistencia De Producción: Bianca Carretino
Coordinación de producción: Gustavo Enrietti
Dirección: Virginia Magnago