lunes, 20 de marzo de 2017

El sìndrome del mal amor.
Por Valeria Arèvalos

El Sìndrome de Mûnchhausen es un tipo de maltrato infantil. En èl, el adulto responsable de cuidar a un niño (madre, padre) inventa síntomas y enfermedades que la criatura no tiene, pero que, a partir de esta imposición, cree que tiene. Puro y llano manejo del poder sobre un ser que, a partir de la mirada del otro, se reconoce como enfermo. Aquí, el personaje de la Madre (Julieta Alfonso) será la encargada de enfermar a su hijo menor, en un vano intento de perpetuarse en el rol de madre nutricia y protectora,  cuando en realidad sòlo le genera un espacio de encierro y soledad.



En la obra de Lucìa Vilanova el niño, Nick (Diego Vegezzi) nos presta su mirada para recorrer su universo. Universo limitado ya que, “como es enfermo”, Nick no sale de su casa. Serà a través del uso interactivo de videos que la puesta nos plantea una dinámica familiar viciada y nociva, en la que los personajes se relacionan entre sì como un reflejo distorsionado y fagocitador.







Funciones domingos a las 20:30 hs.
Teatro Delborde  Chile  630 – CABA
Informes y reservas 4300-6201 / Alternativa Teatral
Localidades $ 180 general / $130 estudiantes y jubilados
Facebook Münchhausen Twitter MunchhausenOk  Instagram MunchhausenOk
Ficha técnico artística
Duración: 70 minutos


Asesino del sueño, nunca moriràs!
Por Valeria Arèvalos

Devastaciòn. La sombra de un pasado glorioso que quedó cubierto de harapos y destrucción. Entre tanta oscuridad, dos seres que, estancados en una tenebrosa eternidad, repiten una y otra vez el momento decisivo que los llevò a la tragedia. Macbeth recibió un vaticinio de las Brujas y fue tras su destino. Lady Macbeth lo empujò a su cumplimiento. Destino sellado con la sangre de un Rey traicionado.  Sangre que ya nada podrá borrar.



En la versión de Jorge Eines, Macbeth, yo no me voy a morir, Macbeth (Florencia Limonoff) y Lady Macbeth (una impecable Coni Marino) vagaràn eternamente en un presente estancado en el tiempo de la tragedia. Macbeth quedarà detenido en ese poder tan ansiado y tan inservible, en un trono desvencijado, reflejo de un reino devenido podredumbre. El, asesino del sueño, nunca màs dormirà. La muerte no será una aliada que venga a liberar sus almas culpables. El eterno retorno del dolor, una y otra vez y cada vez màs duro.


El trabajo de arte y vestuario de Lucìa Maisano y Lucas Bombìn le da un marco espeluznante y corroído, apenas un vestigio del esplendor de aquellos días. La destrucción de las telas, el glamour casi evanescente, acompaña perfectamente la composición de estos complejos personajes. La puesta en escena, de la mano de una ajustada iluminación, regalan al espectador un sinfín de fotos, instantes poéticos y hermosos a la vez que patéticos. Se nota el trabajo de comunión entre la actuación y la dirección y el resultado es una obra imperdible.


Funciones: viernes, 20:00 hs. (Hasta el 5/5 inclusive)
Lugar: Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, CABA)
Entrada: $200-. / Descuento jub. y est. / 2x1 Club la Nación y CABAL.
​Reservas: 5077-8000 int 8313 / Alternativa Teatral
Duración: 60 min.
Trailer: Machbeth, yo no me voy a morir

Ficha técnica:
Dramaturgia y dirección: Jorge Eines
Elenco: Macbeth: Florencia Limonoff  /  Lady Macbeth: Coni Marino
Arte y vestuario: Lucía Maisano, Lucas Bombín
Iluminación: Juan González Rotstein
Diseño gráfico: Karol Caldera
Asistencia de dirección: Anne Castillon
Prensa: Octavia Comunicación
Producción: Tejido Abierto Teatro Buenos Aires
Producción CCC: Pablo Silva

Tejido Abierto Teatro Buenos Aires está integrado por Jorge Eines, Florencia Limonoff, Coni Marino, Anne Castillon, Lucía Maisano, Juan González Rotstein y Lucas Bombín.



sábado, 18 de marzo de 2017

¿Dònde estàs ahora, Mariposa?
por Valeria Arèvalos

Un modesto coro de pueblo con una ambiciosa maestra. Con todo lo que la palabra maestra(o) significa, o puede significar. Comprometida. Luchando, interna y tìmidamente, con (contra) la iglesia…con (contra) el Poder.
Una niña indígena, Panambì (Mariposa). Una guaraní, hija de padres golondrinas, con un talento que superarìa el destino esperado, los preconceptos, su status social. Ella. Llega no sòlo para crecer, sino también para hacer-crecer. Un crecimiento que abarca màs allà. Un crecimiento que modifica a su maestra de coro profundamente, reforzando su sed de cambio y encarnando la injusticia social, hasta el punto de hacerla sangrar en cada nota. 



Quièn se afecta màs en la dinámica de la educación? El alumno/la alumna, el maestro/la maestra? Estas decisiones discursivas que tenemos al adoptar el principio de un cambio, como germen de una igualdad que va (debe ir) màs allà. Panambì tiene otra lengua de base, el guaraní. Su maestra lo goza, lo disfruta, como esa lengua exótica que portan aquellos que traen lo ancestral. Como la música. La música también arrastra en sus notas el lenguaje que hermana, que no necesita traducción.

La interpretación de Virginia Kaufmann es hipnótica. Una extraña mezcla entre su mirada clara, su pregnancia escénica y su interprètaciòn ajustada. Su voz, en perfecta comuniòn con el arpa de Sonia Alvarez, abrazan al espectador en un cìrculo de esperanza y desazón. No es un unipersonal. Es un dùo.
El diseño lumínico refuerza el ambiente, lo crea y distiende.

Esta obra, proveniente del Teatro Bombòn 2016, despliega todas sus posibilidades en el amigable espacio de Pan y Arte cada sábado a las 20.30 hs.  


Desde su estreno, la pieza ha recibido mùltiples nominaciones y reconocimientos. 

Ficha técnico artística
Este espectáculo formó parte del espectáculo: Teatro Bombón
Este espectáculo formó parte del evento: Teatro Bombón 8º Edición
Este espectáculo formó parte del evento: Teatro Bombón 9° Edición
Duración: 30 minutos
Clasificaciones: Musical
PAN Y ARTE TEATRO
Boedo 876 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 49534232
Web: http://www.panyarte.com.ar
Entrada: $ 150,00 - Sábado - 20:30 hs - Del 01/04/2017 al 29/04/2017

lunes, 6 de marzo de 2017

ENRIQUE IV y la vigencia de un clásico que nos interpela
                                                                                                                                                                           
                                                                                                                                                                               por Valeria Misevich

“Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo,
pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo.”
Italo Calvino
    
     Enrique IV, comedia en tres actos escrita en 1921, es considerada una de las obras maestras de Pirandello.  La reflexión sobre la locura y la razón, la ficción y la realidad, y sus límites siempre imprecisos que no nos permiten transitar nuestra existencia ingenuamente, son los temas recurrentes en la obra del autor, y en Enrique IV asistimos a la representación de una historia que nos permite reflexionar sobre la imagen que cada uno de nosotros construye para mostrar, para moverse en una sociedad que vive de apariencias, de superficies y de simulacros.




     Hoy Pirandello es convocado en Hasta Trilce, un teatro de Almagro digno de conocerse no sólo por su sala sino por todo lo que la rodea. La sala teatral cuenta con un escenario elevado muy amplio que permite que elencos numerosos puedan trabajar cómodamente, como en este caso. La escenografía de patrones geométricos y juego de volumen, ofrece la posibilidad de trabajar con la extraescena y deja lugar al desarrollo de la representación. Sergio Grimblat propone una puesta en escena que sobresale fundamentalmente por la actuación de su protagonista, Juan Pablo Sierra, que logra desde lo corporal atraer la mirada del espectador. El texto prepara la entrada de este personaje, y Sierra no decepciona. Presencia escénica que construye con un adecuado manejo de la gestualidad, fundamental para el género en el que se inscribe la obra, y con sus movimientos dentro del espacio. El resto del elenco acompaña correctamente, aunque por momentos pareciera que no encuentren una dinámica en el manejo del espacio. El otro fuerte del espectáculo es el vestuario, bellamente diseñado por Valentina Remenik, que se desprende del fondo ofrecido por la escenografía a partir de los colores y las texturas elegidas.

     Una propuesta interesante que invoca un clásico para dialogar con otros espectáculos del circuito teatral porteño sobre el binomio realidad/ficción, tema de interés universal  pero que se actualiza con características propias en cada momento y en cada sociedad en la continua búsqueda de respuestas trascendentales.


Ficha técnico artística
Actúan: Lautaro Alvarez, Juan Pablo Cappellotti, Constanza Cardillo, Rubén Dellarossa, Federico Grinbank, Barbara Irisarri, Jorge Landaco, Federico Lombardía, Juan Pablo Sierra, Eduardo Veliz
Diseño de vestuario:
Valentina Remenik
Diseño de escenografía:
Magali Acha
Diseño de Iluminación:
Julio Alejandro López
Diseño gráfico:
Jorge López
Asesoramiento Sonoro:
Carmen Baliero
Diseño de zapatos medievales:
G. Duarte/C. Villagra/F. Zaffaroni
Realización escenográfica:
Los escuderos
Caracterización:
Romina Ponce/Analía Gómez Lima
Producción ejecutiva:
Pato Rébora
Asistencia de dirección:
Julieta Cantero/Checho  C. Strusiat
Dirección:
Sergio Grimblat

TEATRO HASTA TRILCE (Maza 177, CABA) Viernes - 20:30 hs 

domingo, 19 de febrero de 2017

Terrenal, los pecados que acarrean a los hijos
 Por Mariana Jaqueline Ramirez

En la oscuridad de la sala “Carlos Somigliana” del Teatro del Pueblo, los actores deambulan tímidamente por el escenario antes de comenzar la función de Terrenal, un misterio ácrata, bajo la dirección de Mauricio Kartún. Esta pieza se estrenó en el 2014, desde ese entonces han obtenido varios reconocimientos, entre ellos la declaración de Interés Cultural por la Legislatura porteña.



El año pasado, el personaje de Tatita interpretado por Claudio Rissi, fue reemplazado por Rafael Bruza, quién además de ser el autor del texto se luce en el rol de dicho personaje, como lo supo hacer Rissi. El elenco lo completa Claudio Da Passano y Claudio Martínez Bel, ellos interpretan a los hermanos Caín y Abel, quienes tienen como padre al gaucho apodado Tatita.


Este texto es muy difícil que no funcione, ya que su originalidad se encuentra en cruzar una historia previamente conocida por todos y algunos ejes actuales al menos para nuestro país, tales como el avance del capitalismo, de lo que se desprende el problema por la repartición de tierras: el hecho de querer poseer cada vez más, de ser propietario, de llegar a ser mejor que el resto actuando indebidamente, sólo por mencionar algo.



Pero el eje más importante es el familiar, en verdad el tema de los celos entre hermanos lo que hace es sacar a la superficie que solo los hijos vienen a pagar los males provocados por los padres, son ellos los que acarrean todo el mal de sus antepasados. De ese modo, los hermanos intentan trazar su propio camino, en este caso será un camino que los llevará a tierras lejanas y divididas según a qué hermano corresponda.  
En pocas palabras, esta pieza sigue siendo un indiscutible en el campo teatral porteño de la cual vale la pena volver a ver. Terrenal estará en El Teatro del Pueblo (Av. Roque Sáenz Peña 943, C.A.B.A).

Intérpretes: Claudio Martínez Bel, Claudio Da Passano, Rafael Bruza / Escenografía y vestuario: Gabriela A. Fernández  / Iluminación: Leandra Rodríguez  / Diseño sonoro: Eliana Liuni / Fotografía: Malena Figó / Asistencia de escenografía y vestuario: María Laura Voskian / Realización de vestuario: Mirta Miravalle / Tapicería: Hugo Cheres / Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin / Asistencia de dirección: Alan Darling / Dirección: Mauricio Kartun.


Espacio: Teatro del Pueblo / Dirección: Av. Roque Sáenz Peña 943, C.A.B.A. / Funciones: Viernes y Sábado a las 21hs; Jueves y Domingos a las 20hs / 

jueves, 26 de enero de 2017

Sobredosis de Soda en Groove


¡Por primera vez en Palermo!

SOBREDOSIS DE SODA
¡El tributo latinoamericano más importante a Soda Stereo!


Tras agotar cinco Teatro Vorterix y su increible presentación en el Teatro Gran Rex, el homenaje al mítico trío propone un show especial que dará que hablar; puesta en escena y repertorio inmejorable, los principales aspectos que los llevaron al reconocimiento. 

¡No te lo pierdas! 

No será un show de clásicos más, Sobredosis de Soda en Groove tendrá la impronta de rarezas, lado B y reversiones al estilo de Soda Stereo en sus grandes shows





Formada a mediados de 2005, SOBREDOSIS DE SODA nace como un homenaje y una celebración de la música de Soda Stereo. Además de lograr una reproducción sonora idéntica de todos los temas y arreglos originales, la banda ha desarrollado una puesta en escena que representa fielmente la imagen del grupo con los diferentes vestuarios referentes a las distintas épocas de la banda. 
Su líder y cantante, Mariano Albergoli, ha demostrado a lo largo de estos 10 años que la similitud de su voz con la de Gustavo Cerati es un fuerte pilar sobre el que se ha construido y desarrollado este proyecto.
SOBREDOSIS DE SODA recrea los shows del trío Cerati/Bosio/Alberti y produce una gran emotividad en los oyentes que buscan recordar a la banda más importante de la historia del Rock de América Latina: Soda Stereo.

Redes Sociales
Twitterhttps://www.twitter.com/Sobredosis_Soda
Facebook: https://www.facebook.com/SobredosisDeSodaTributo





PrensaRock y Reggae
Tone Barchiesi y Nico Becerratone@rockyreggae.com.ar

miércoles, 14 de diciembre de 2016

La plegaria popular es la pesadilla de la aristocracia, sobre Príncipe de las Pampas de Facundo Zilberberg


La plegaria popular es la pesadilla de la aristocracia, sobre Príncipe de las Pampas de Facundo Zilberberg

Por Gabriela Pignataro


Collares de perlas, batas de seda, el zigzag del hielo en el vaso de whisky. El cabello recogido, un jopo suntuoso despeja la frente que no suda. Tiemblan de angustia, por el foro el rictus de los labios apretados de la riqueza: un auto viejo, lustroso que avanza sin frenos por una calle de tierra y en picada.
La transpiración nerviosa de quien le ajusta el chaleco con medidas de antaño: la sastrería de etiqueta parece no ajustarse a la desgracia. Las clases altas sufren de vértigo en los balcones donde antes se pavoneaban reales. Fobia del afuera: ya no pueden abrir las ventanas, sin que el otro, ese otro que trae en su acento el peligro, ingrese como el viento. Invisible y ocupando cada centímetro que se respira.

Dolores y Titino conservan el respingo de aristocracia en la pendiente aguda de su voz, en lo tacaño de sus movimientos, en lo paranoico de las faltas. ¿Pueden volverse iconoclastas, quienes ahora tienen de si, solo una imagen que envejece? Los dos hermanos han llevado una vida de vidrieras: brillante, acomodada y a la moda. En maniquíes que enflaquecen, los disfraces descorren sus breteles y dejan lentamente, las manchas de nacimiento al descubierto.
Ambos han vivido como quien olvida el origen de las cosas y confía en una suerte de generación espontánea de las horas: los altares se levantan con piedras que existen más allá de la montaña.
La cumbre de éxtasis y consumo de Dolo y Titino se derrumbó y ya no hay manera de convertir los escombros en oro. El golpe de los cheques que rebotan, son boomerangs en la frente, la peor marca de todas: sangrar sobre lo blanco, en el horizonte el temible fantasma de la pobreza.
Eso jamás, antes muertos que arrugados ¿Qué dirán de ellos, quienes ni siquiera los nombran?
La fidelidad del artificio, los conduce a Máximo, un vecino bien como ellos. Máximo vive sumido en una hipocondría mustia y solitaria, que tiene frágiles fronteras entre las rabietas de un niño consentido y el ansia de un manipulador psicótico.
Como un ritual arcaico remanido en nuevas pieles, los lobos con piel de cordero importado rodean a su presa, un zorro glotón y lento. El zorro se hubiera convertido rápidamente en cuello de abrigo de no ser por la existencia de Arturo, el mayordomo.
Así es como en en un edificio paquete y pacato, se desata entre líneas el fuego santo entre civilización y barbarie.
Arturo viene del campo, trae el raid de bocas hambrientas que alimentar en su cuerpo ancho y en su voz gruesa. Es hombre de fé, pero no de aquella de santuarios que relucen con vírgenes y cristos inmaculados: se persigna ante Ceferino Namuncurá el de pie firme sobre el suelo de Río Negro.
El santito, aunque salesiano y encomendado a Dios, es para los cristianos de buenos bolsillos todavía un pagano. Ese otro, el otro mapuche, el otro indígena de voz de piedra y no de mármol.
La promesa divina de Arturo al santo y su convicción serán el mayor impedimento para Dolores y Titino, quienes a toda costa intentarán doblarlo en agua para su molino.
Nada será fácil de rezar en este rosario de creencias y estampitas quemadas, de delirium tremens y plegarias livianas como los billetes que se van como otoño por las ventanas.

Príncipe de las Pampas, nos ingresa en el estado de mayor éxtasis del teatro: el pasaje a la fiesta, la risa a través de la misma extrañeza ante el absurdo. Asistimos a un grotesco que reflexiona en él sobre los propios procedimientos del mismo en el uso compositivo del personaje de estereotipo como objeto dramático. Cuando tantas otras veces el emplazamiento escénico del personaje cliché revisitado sin profundizar sus dimensiones toma forma por falta de recursos performáticos, aquí se vuelve un gesto político: es en su exacerbación metatexto de lo real, que se reelabora de manera compleja.
Los elementos propios de la pieza se relacionan de manera específica que proponen postales que emanan destellos, guiños al núcleo duro de su contenido.
La obra posee la ductilidad de funcionar en su continuum y en la propia fragmentación interna de sus escenas: aquí su carácter plástico significativo, cada elemento enuncia en sí un relato.
Dolores chupando fervorosa una naranja mientras el jugo corre por sus manos y su cara se deforma, Arturo lustrando los zapatos en el borde de la zona lumínica. El relato, dentro del relato que desliza un texto invisible en lo verbal pero manifiesto en la atmósfera simbólica que lo sostiene todo.
El trabajo actoral deja entrever un preciso entrenamiento en el ritmo del absurdo y el grotesco, cuyos cuerpos enlazan y potencian, y no dejan que en ningún momento la tensión que mantiene nuestras bocas abiertas devenga en otra mueca.
La puesta en escena, resume efectivo el uso del espacio donde conviven dos casas en una, aunando las similitudes de los sujetos de una misma clase que se van distanciando en la acción propia de sus movimientos frente a la debacle: de la cuna de oro podrá venir, pero al polvo todos llegan, más o menos rasguñados nadie saldrá ileso.
Obras como estas, afirman el carácter político del teatro sin ser de manera explícita, teatro político. En un texto lúcido y locuaz, la ironía y el absurdo son reveladores del caos, pero también como arma de batalla: la risa de los de abajo es el desastre climático sobre la fiesta de los poderosos.
Ya sabrá el santito de la tierra descalza a que rezo hacerle caso.


Ficha técnico artística
Dramaturgia:Facundo Zilberberg
Actúan:Carla Appella,Fernando De Rosa,Felipe Llach,Jerónimo Vélez Funes
Maquillaje:Carola Fiadone
Diseño de vestuario:
Florencia Espinosa,Brenda Peluffo,Daniela Tuvo
Diseño de escenografía: Florencia Espinosa,Brenda Peluffo,Daniela Tuvo
Diseño de luces: Luciana Giacobbe
Diseño sonoro:Gonzalo Sentana
Realización escenográfica:Ángeles Rossi
Fotografía:Florencia Espinosa
Asistencia de dirección:Cecilia Soria
Producción ejecutiva:Mariana Morán Benitez
Dirección:Facundo Zilberberg