domingo, 1 de julio de 2012

Diálogo entre la Vida y la Muerte 
en la fotografía de Alessandra Sanguinetti
por Valeria Arévalos


Alessandra Sanguinetti es fotógrafa. Nació en New York en el año 1968 y  pasó varios años en Argentina, específicamente entre 1970 y 2003. Considero que en su fotografía existe una estructura dividida en dos planos: un núcleo central estático y un contexto dinámico que lo rodean, operando con fuerza centrípeta.

En la actualidad, Alessandra Sanguinetti, cuenta con cuatro series publicadas: “On the sixth day”, “Sweet expectations”, “The adventures of Guille and Belinda and the enigmatic meaning of their dreams” (de donde surgen los ejemplos que se detallarán a continuación) y, su más reciente trabajo, “The life that came”.

Encuentro en la obra de la mencionada fotógrafa una tensión que denominaré Vida-Muerte. El núcleo central de sus fotografías se percibe estático, quieto, detenido “ahí”, asociándolo inmediatamente con la idea de la muerte en contraposición al contexto que lo circunda: dinámico, móvil, vivo. Guille y Belinda serán quienes conformen este núcleo central que servirá de motor para el diálogo. Relación paradojal, ya que son los elementos que, en la realidad, tienen vida quienes componen este campo de la muerte en la imagen. ¿De qué elementos formales se vale la artista para reflejar esta dicotomía?

- Profundidad de campo
- Figura
- Iluminación

Profundidad de campo

La elección de una determinada profundidad de campo marca el espacio privilegiado para la atención de quién observa esa fotografía. La mirada que ingresa a la obra,
descansa en los espacios de foco y tiende a rechazar el desenfoque. En este punto, Sanguinetti marca una tendencia a dirigir la mirada hacia sus personajes principales, Guille y Belinda. Ellas se recortan en foco, mientras que el entorno se percibe desenfocado. En “Las Ofelias” (Figura 1), los cuerpos de ambas se recortan flotando en el agua con tal nitidez que da la sensación de quietud, sin embargo el entorno compuesto por agua y barro da cuenta de un espacio vivo en movimiento, con mayor desenfoque a medida que se acerca al borde, operando de esta forma con tal fuerza centrípeta que la mirada regresa a ellas que actúan como núcleo de la imagen.


                                          Fig. 1 "Las Ofelias"

Tomando otro ejemplo de la misma serie, “La Madonna” (Figura 2), las figuras centrales serán Guille y Belinda caracterizadas como personajes míticos (virgen y ángel) detenidas en un rezo. El desenfoque hacia los bordes es menor pero el movimiento está reflejado en otros elementos que forman parte de la acción.  La quietud del núcleo también se ve reflejada en el muñeco que sostiene Guille en brazos; en este punto se ve la relación muerte-vida claramente. El bebé representaría el pasaje del tiempo, el movimiento, si estuviera vivo, pero al ser un muñeco de plástico está tan detenido en el tiempo como ellas. En el piso, sin embargo, se ve una cabeza calavérica de un animal. Aunque este elemento es una marca indiscutible de algo muerto, en la dinámica de las imágenes de Sanguinetti, funciona con otro efecto de sentido: ese animal que estuvo vivo, en un pasado, ahora ya no lo está, y en un futuro ya no estará siquiera con esa forma. Este elemento, sumado al moho de las paredes, al deterioro del ambiente, da la sensación de pasaje del tiempo en el entorno, mientras que ellas permanecen inmóviles.

                                          Fig. 2 "La Madonna"


Figura

Existe un recorte de la figura sobre el fondo. Para conseguir este efecto, se ponen en juego diferentes variables a la hora de tomar la imagen: la elección de la profundidad de campo antes mencionada, el uso del color, la velocidad, la apertura del diafragma, entre otros. En “Las Ofelias” (Figura 1), ambos cuerpos se observan diferenciados del agua en la cual flotan. El color cumple aquí una función principal, ya que las vestimentas de los personajes y las tonalidades de las pieles plantean una contraposición con respecto al color turbio del agua.
En el caso de “The black Cloud” (Figura 3) el ejemplo se vuelve aun más claro. En esta obra ambas figuras se recortan en el centro de la imagen ante  un fondo desenfocado.
A su vez, este fondo se compone por la inmensidad del campo que se percibe dividida en tres planos: uno inferior, más cercano, compuesto por el verde del pasto; uno superior cubierto por una nube negra y un tercer plano intermedio delimitando el horizonte de la obra y dotándola de profundidad. Esta composición del espacio se ve interrumpida por la presencia de Guille y Belinda quienes, en un instante de abrazo, cortan la inmensidad.

                                          Fig. 3 "The black cloud"

Por último, en cuanto a la figura, tomaré el ejemplo de “Time Flies” (Figura 4) en donde ambas yacen semienterradas, Guille con los ojos cerrados, Belinda mirando al cielo. En esta toma el color de la piel de los personajes cumple una función fundamental, ya que este contraste con la tierra oscura dirige la mirada directamente hacia ellas destacándolas por sobre el fondo de tierra. Vuelvo a ver en esta obra un ejemplo claro del diálogo Vida-Muerte en la obra de Sanguinetti, no sólo por el significado literal de la obra en sí, sino porque los rostros permanecen inertes mientras que la tierra muestra una variedad de elementos orgánicos que por su sóla presencia dan cuenta de la vida.



                                            Fig. 4 "Time flies"


Iluminación

Los ejemplos tomados hasta el momento dan muestra clara de un tratamiento natural de la luz.  Sanguinetti utiliza fuentes naturales en la mayoría de sus obras y en algunas de ellas, luz proveniente de elementos del entorno, rehusándose a la utilización del flash. De este modo, la ambientación lograda tendrá tal carácter natural y no forzado que al ojo del espectador se presentará como una situación cotidiana. A la vez, esto se encuentra íntimamente relacionado con la profundidad de campo explicada anteriormente, ya que la elección de utilizar fuentes naturales, conlleva cierta apertura de diafragma y velocidad que dan como resultado un campo determinado.
La mirada ingresa a la imagen por los espacios de luz, es por esto, que compositivamente se tiende a oscurecer los bordes para capturarla y no dejarla escapar. En la obra central de este análisis, “Las Ofelias” (Figura 1), la artista se vale de la luz solar ya que es una toma en exteriores, pero para analizar el tratamiento de la luz en interiores se podrá tomar como ejemplo la obra “Untitled” del 2004 (Figura 5) en la que se observan las protagonistas sentadas en una misma cama, la luz que ingresa desde la ventana realiza un recorrido circular que va desde la mano de Belinda, pasando por su rostro, atravesando un espacio claro en la pared, y llegando así a Guille, a quien recorre hasta las piernas llevándola de regreso a Belinda. Esta circularidad propuesta por la luz detiene al espectador en el núcleo de la imagen, quedando la atención estancada como las protagonistas en ese espacio sin tiempo.

                                          Fig. 5 "Untitled"


En la obra llamada “The Father” (Figura 6) se ve a Guille sentada a la mesa con su padre; ella iluminada y completamente en foco, él desenfocado y en penumbras. La luz ingresa por el costado derecho de la imagen, quizás proveniente de una ventana, dejando la mitad del rostro de Guille iluminado y la otra mitad en penumbras. Aquí es donde entra en juego el rol de los ojos y la dirección de la mirada de la protagonista, ya que ella nos dirige a su padre a quien contempla. El espectador, al encontrarse con una imagen opaca y desenfocada del padre, regresa a Guille. El rostro del padre apunta hacia la derecha de la imagen, esto también colabora para dirigir al espectador de regreso a la protagonista, realizándose un ida y vuelta entre la luz y la oscuridad.  Los bordes de la fotografía se difuminan hasta fundirse en negro. Esto actúa como fuerza de control dentro de la imagen y la atracción hacia el núcleo está potenciado por los diferentes registros de claro-oscuro.


                                                          Fig. 6 "The Father"


Finalizando, tomaré la obra “Ray of Light” (Figura 7) como un ejemplo más de la estaticidad de la imagen central lograda, en este caso, por el uso de la luz. En ella se puede observar a las protagonistas en el centro de la escena, bañadas por un rayo de luz que ingresa desde el techo. Belinda realiza un gesto con sus dedos simulando atraparlo. Ambas lo miran y quedan, así, detenidas en ese momento. El halo de luz que ingresa al cuarto forma una especie de triángulo que las envuelve, cuyo vértice superior se encuentra en la grieta por donde ingresa, y su base se encuentra en los cuerpos de ellas, proveyendo a quien observa el camino que deberá tomar para recorrer la obra.



                                          Fig. 7 "Ray of light"


Llegado este punto podemos confirmar que en la fotografía de Alessandra Sanguinetti se percibe la estructura dividida en dos planos, de los cuales el plano central conforma un núcleo estático y el circundante un contexto dinámico. Se registra una tendencia al centro, que es el resultado de una fuerza centrípeta ejercida por diferentes elementos que componen la imagen, habiendo sido tomados para aquí la profundidad de campo, la figura y la iluminación.  En este retorno al centro no existe un antes ni un después, sino ese momento inmutable. Este centro estático lo relaciono con la muerte desde la idea de inactividad, detención en el tiempo y en el espacio, quietud...mientras que el dinamismo que lo envuelve me representa el material vivo. Esta ecuación vida-muerte detiene en lo eterno a las protagonistas de estas imágenes: aquello que está vivo cambia y, oportunamente, deja de existir; lo muerto, en estas imágenes Guille y Belinda con sus sueños e ilusiones, permanecerán intactas en la obra de arte.  Ellas permanecerán, el entorno seguirá su curso.


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