domingo, 11 de octubre de 2015

La excelencia del teatro venezolano en Argentina


Por Mariana Jaqueline Ramirez


Robinson en la casa de Asterión es una obra de Venezuela dirigida por Carlos Arroyo. La misma se presenta en el marco del Corredor Latinoamericano de Artes Escénicas que organiza el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, CABA), cuyo fin es que diferentes compañías de teatro de diferentes partes del continente presenten sus obras entre el 8 y el 17 de octubre. Asimismo este ciclo cuenta con las salas de Andamio ´90 -que siguen festejando sus 25 años- como sede externa.


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Si bien la obra se estrenó en el año 2013, la dupla que la protagoniza lleva ya varios años trabajando en conjunto, en este y en otros proyectos. El texto dramático toma la historia venezolana, centrándose en la última días de vida Simón Rodríguez.
Ingresando a la sala se escucha una música típica del altiplano y una iluminación tenue que predomina durante toda la obra. En el escenario se encuentran dos hombres: Simón Rodríguez (interpretado por Aníbal Grunn) quien fuera maestro de Simón Bolívar y que durante su exilio se hizo llamar Samuel Robinsón. El otro personaje es Asterión (interpretado por Wilfredo Peraza) que es la figura mítica del minotauro. Los dos actores que se hacen cargo en escena del contundente diálogo, dejan al descubierto el gran afianzamiento que tienen en el escenario y el grado de complejidad que tiene la pieza. Además, y acorde con la obra, no podemos dejar de mencionar que las actuaciones de ambos actores son excepcionales, que brindan al espectador la oportunidad de conocer un poco más de la historia de Venezuela, y a su vez, pasar por diferentes emociones.
Esta obra imperdible se podrá ver nuevamente en el Centro Cultural Kirchner este domingo 11 de octubre a las 20hs en la sala Argentina (Piso: S1, Sector: Industrial).


Ficha técnica
Intérpretes: Aníbal Grunn, Wilfredo Peraza / Iluminación: Kelynson Berríos / Escenografía, utilería y máscara:  Gerson Giménez / Vestuario: María Teresa Ojeda / Musicalización: Alejandro Martínez  / Producción: Julián Ramos / Dirección y puesta: Carlos Arroyo /


Espacio: Andamio ´90 / Dirección: Paraná 662 C.A.B.A. / Funciones: Viernes a las 19 hs /  Duración: 1 hora. Entradas: Gratis.

viernes, 9 de octubre de 2015

Revisión del pasado para modificar la historia

            Por Mariana Jaqueline Ramirez


En la sala Colette ubicada en el subsuelo del Paseo La Plaza, se viene presentando hace unas semanas Por la Patria, mi General dirigida por Lara Sedeño, con dramaturgia de Juan Pablo Goñi Capurro. Caminando por el paseo adoquinado uno ingresa por la puerta y se siente que está en un lugar completamente diferente al resto de las salas que conforman a este complejo, tan conocido por los habitués del teatro.


Esta comedia toma a uno de los grandes hechos históricos de Argentina: el cruce de los Andes, plan conformado por el general José de San Martín para lograr la liberación de Argentina, Chile y Perú.
Los personajes se ubican en la provincia de Mendoza en el año 1814 aproximadamente. Entre ellos se encuentran San Martín, su esposa Remedios de Escalada y el coronel Juan Gregorio de Las Heras. Entre estos personajes que forman parte de la historia real aparece un hombre del 2015 (el hombre del futuro) que le da un giro interesante a la pieza.
Pues bien, esta es la gran novedad de la obra. El hecho de introducir a la historia Argentina, de modo similar como lo hace el teatro comunitario pero con la diferencia que el objetivo aquí no es producir una transformación social, sino más bien divertir al espectador.
Aquí el hombre del futuro hace su aparición en primera instancia para desorientar a San Martín y a Las Heras, pero su fin principal es hacerle ver las cosa que no hicieron bien y modificarla. Pero estos próceres confundidos aceptan todo con la promesa de mantener sus nombres en algún espacio conmemorativo.
En líneas generales, se trata de una obra que no se la pueden perder, no sólo por las fabulosas actuaciones masculinas -que son los que se destacan- sino también porque tiene como propósito contar el hecho real tratando de ver los error y modificarlos ficcionalmente.

Ficha técnica
Intérpretes: Alfonso Renna, Jóse Fernandez, Alfredo Deri, Stefania Mosto / Escenografía: Gabi Lorenzoni / Dramaturgo: Juan Pablo Goñi Capurro / Producción: Cooperativa El Coach / Producción Ejecutiva: Guillermo Janices / Prensa: Cooperativa Identidad Sur / Asistencia de dirección: Rocío Bari / Puesta en escena y Dirección: Lara Sedeño

Espacio: Sala Colette – Paseo La Plaza / Dirección: Av. Corrientes 1660 C.A.B.A. / Funciones: Viernes a la 21:30hs / Entrada general: $120.



jueves, 8 de octubre de 2015

Son las cosas de la vida, son las cosas del querer.
por Valeria Arévalos


¿Qué es el amor? ¿Un sentimiento continuo que fortalece? o, como parece expresar esta producción del dúo Cano-Bieda, ¿una ola que cubre todo con su intempestiva fuerza y que, al retirarse, sólo deja despojos? ¿de qué se compone el amor? ¿De deseo, pasión, desesperación? La vida breve reflexiona, a partir de lecturas de Tolstoi y Chejov, sobre la posibilidad del amor y su representatividad. ¿Puede la ficción representar el drama privado? Quizás la única manera de que esto sea posible es a través de un texto fraccionado, de situaciones dinámicas, breves, evanescentes.




Un escenario amplio, con luz clara, humo denso, despojado casi de elementos a excepción de algunas sillas e hileras de ropa que se amontonan acá y allá. Vestuario que irá cubriendo y mutando a estos personajes que van y vienen, deambulan por el espacio en busca de ¿qué? ¿Un nido? ¿Una razón? ¿La felicidad? Lo cierto es que en este devenir ellos mismos irán cambiando la piel. Transitarán, como pueden, eso que llamamos "la vida". Algunos están y esperan, otros llegan e instalan el caos, aquellos que estaban... se van. Presencias, ausencias, cambios que de forma abrupta patean el tablero familiar aparentemente tan estable. 


Sucede que la nieve tapa todo, pero cuando el calor de la pasión la derrite se ve aquello que quedó. Hogar de Esteban (Javier Pedersoli) y Dolly (Anabella Bacigalupo), con ladrillos del adulterio se levantan sus paredes; la joven y caritativa Kitty (María Abadi), deseada y deseante, busca algo que le dé sentido a su vida y termina perdiéndose; Anna (Florencia Bergallo) llega de visitas, tiene esposo e hijo, no los extraña; quien también llega es Wronsky (Mariano Sayavedra), debió matar a su caballo para introyectarlo, ahora el semental es él; Vasili (Leonardo Murúa) está de paso, compró el cuento del amor y fue engañado; por último Kostia (Diego Echegoyen) deja de ensayar su muerte para fundirse en ella.




La vida breve, con dramaturgia de Esteban Bieda y Nahuel Cano y dirección de este último (ganador del Premio Trinidad Guevara), contó con la co-producción del 10º Festival Internacional de Buenos Aires y el Estudio |ELCUARTO|. Se podrá ver todos los domingos a las 19hs en Santos 4040 y así poder pensar con ellos si el amor, en definitiva, no es más que un poullover agujereado.

Ficha técnico artística
Este espectáculo formó parte del evento: 10 FIBA - Festival Internacional de Buenos Aires
Duración: 80 minutos
SANTOS 4040
Santos Dumont 4040
 (mapa)
Capital Federal
 - Buenos Aires - Argentina
Web:
 https://www.facebook.com/santos4040
Entrada: $ 150,00 - Domingo - 19:00 hs - Hasta el 15/11/2015
 



miércoles, 7 de octubre de 2015

Versos de un otro. Acerca de la obra: Pessoaneanos

Versos de un otro. Acerca de la obra: Pessoaneanos.

Por Carolina Rodriguero

Fernando Pessoa paseaba su saudade por las calles de Lisboa, mientras conjuraba su insomnio escribiendo, en su cuarto alquilado, a la tragedia de la existencia humana, los sueños, las ilusiones, la incertidumbre de la vida… las voces de sus heterónimos


A veces el concepto de sobriedad puede ser aplicado al teatro, porque cuando el foco se asienta en el texto, una puesta sobria no sólo que no distrae sino que concentra la atención. La puesta de Pessoaneanos resulta sobria en este sentido: los poemas de Fernando Pessoa bellos  en la expresión de la contradicción, de  la reflexión y el humor que ambas pueden conjugar se presentan y en la no representación resulta el sentirse a gusto, tanto de los actores como de los espectadores.

Pessoa les hacía guiños a los intérpretes que a su vez le prestaron el cuerpo a sus inventados heterónimos, los convertía en sus cómplices para dárnoslo a conocer, de la misma manera en que el poeta se daba a conocer, crípticamente pero tan simple a la vez. Sobrio vestuario, orgánicamente actuado, orgánicamente demostrado el gusto por las palabras, las rimas, las metáforas y los giros lingüísticos, que iban quedando en el aire como testigos de eco silenciado, efecto de la armonía del recitado. La música del piano en vivo resultaba un acompañamiento ideal siendo más que eso por momentos, integrándose  entre cuerpos y palabras. Un uso discreto pero adecuado de la luz contribuía a generar la calidez del clima, invitando a la tertulia.

La puesta se realizó en el marco del festejo por los 25 años del teatro Andamio ´90, festejo que a varios de los actores conmueve hondamente porque son no sólo testigos sino parte activa del teatro como actores, docentes, directores o dramaturgos. Entonces doble emoción, Pessoa y el cumpleaños.

Pessoa se desdoblaba en su literatura en varias personalidades, Pessoa y sus heterónimos que, sin embargo, expresaban en la aparente pretensión de la diferencia la misma preocupación metafísica, la misma filosofía noctámbula. Los poemas y las cartas que resultan poemas, en un acontecimiento simple, sobrio pero auténticamente singular.

Actores: Marcelo Bucossi, Cinthia Demarco, Leonel Dolara, Daniel Goglino, Stella Maris Minardi, Fabiana Mozota, Dolores Perez Demaría, Mariano Scovenna, Lorena Szekely
Piano: Alejo González
Asistente de dirección: Cinthia Demarco
Prensa: TEHAGOLAPRENSA
Dirección general: Alfredo Martín



martes, 6 de octubre de 2015

El actor del futuro se hizo presente.

Por Valeria Arévalos


Anochece un domingo frío en San Telmo, se da sala y los espectadores ingresamos a un Xirgu diferente, despejado. Gran parte de las butacas fueron retraídas para dar lugar liberado a la representación. Nos encontramos ante un espacio modificado, que habla desde los primeros instantes, de una construcción total. Los actores del futuro ya están ahí, entrenando. Realizan sin cesar una rutina física que les hace recorrer en círculos el escenario elevado. Movimientos ejecutados por cuerpos incansables, intervalos de oscilaciones leves que ayudan a recuperar fuerzas y a continuar. La música en vivo que acompaña este acontecer se compondrá, inicialmente, de un piano y luego se irán sumando distintos instrumentos ejecutados por los mismos actores. Pulsos musicales que, a modo de respiración, mantienen la maquinaria en funcionamiento.



La obra formó parte del Ciclo Invocaciones organizado por el Centro Cultural San Martín con curaduría de Mercedes Halfon y producción general de Carolina Martín Ferro. Misión cumplida! fue toda una invocación. El espíritu de Meyerhold está ahí, en cada músculo, en cada palabra emitida, en el aire. Por momentos corporizado en el rol del Doctor Dapertutto, en otros, concretado en sus propias palabras que vuelven del pasado: “El actor es algo más que un material, es una dinámica de trabajo consciente de que es una máquina. El actor debe adiestrar su propio cuerpo para que éste pueda realizar instantáneamente las órdenes recibidas del autor y el director. Puesto que la tarea del actor es la realización de una determinada idea, se le exige economía de medios expresivos, de manera que logre la precisión de movimientos que le permitan la más rápida realización de la idea”



Pocas veces una obra logra condensar su sentido en el título tan exactamente como acá: Meyerhold, freakshow del infortunio del teatro. Ese show de freaks reúne al circo, al cabaret, al music hall, a la farsa, al grotesco porteño, al teatro de ideas, a un Shakespeare distorsionado y hasta nos queda lugar para invitar al recuerdo del Parakultural que tiñe con su impronta el fragmento en donde una Clitemnestra voraz pasea a una Electra encadenada en, quizás, el momento más cargado de erotismo de toda la obra. El actor como ejecutante, con la afilada plasticidad para abordarlo todo.



Silvio Lang, director y dramaturgo de esta obra, canaliza muy bien el ritual que convoca a Meyerhold sin quedar escondido bajo su sombra. Es un diálogo. Un intercambio. Un trabajo de puesta que problematiza tanto el espacio teatral como el corporal logrando un entramado que potencia las enseñanzas del ayer como la realidad escénica del hoy.

Ficha técnico artística
Este espectáculo forma parte del evento: Ciclo invocaciones
XIRGU - ESPACIO UNTREF
Chacabuco 875
 (mapa)
Capital Federal
 - Buenos Aires - Argentina
Domingo y Sábado - 20:00 hs - Del 03/10/2015 al 11/10/2015
 
Domingo - 20:00 hs - 18/10/2015, Del 01/11/2015 al 07/11/2015 y 22/11/2015
 
Sábado - 20:00 hs - Del 24/10/2015 al 07/11/2015 y Del 21/11/2015 al 28/11/2015
 




lunes, 5 de octubre de 2015

Tristán e Isolda: el desorden de las pasiones

Tristán e Isolda: el desorden de las pasiones

Por Vivi Montes (Lic. en Artes – UBA)

Tristán e Isolda se adentra en la intimidad de los amantes… en la profunda e infinita impunidad de los amantes que sin darse cuenta buscan su castigo. Asiste entonces el espectador al reencuentro de los que han sido amantes y se han separado; hay, sin embargo, algo de imposible en ese encuentro y se reitera, casi inevitablemente el retorno constante al instante primero, el de la ausencia, el del no encuentro. Al ¿Cómo estás? Bien. Esas palabras distantes y frías en que los amantes se escudan para no enfrentar el dolor del imposible amor.


¿Y el cementerio en el que se convierte mi alma? Pregunta Isolda en un momento de la obra. En un vaivén constante entre la pasión que tuvo lugar en el pasado y la frialdad del olvido presente, entre el amor desenfrenado y la soledad, todos somos partícipes de ese cementerio, Tristán e Isolda están allí, presentes en el escenario con sus almas desnudas y así los recibe el público.


Con dirección de Valeria Arévalos, el equipo logra consumar la difícil tarea de lograr un sostenido equilibrio, siempre en tensión, durante toda la obra. Las actuaciones de Mariela Zomeg y Hernán Isusi Paz testifican un gran trabajo previo y equilibradas con una puesta detallista consiguen con pocos objetos vivenciar y hacer revivir toda la historia de los amantes. El diseño sonoro de Mariana Emiliozzi no acompaña, sino que es parte de la historia misma, por eso Tristán e Isolda se traduce en una armoniosa síntesis en la que el desorden de las pasiones tiene lugar y emociona.


Mención aparte –pero no menos importante- para el espacio que da marco a estas primeras funciones de Tristán e Isolda. Querida Elena, la sala que recibiera un Premio ACE como reconocimiento a la osadía de abrir una sala en el porteño barrio de La Boca, recibe a los celebrantes de esta liturgia amorosa con multitud de objetos que deslumbran y maravillan preparando los ánimos en penumbra para la tormentosa aventura de los amantes que arden y se queman.


Ficha técnico artística
Duración: 45 minutos

QUERIDA ELENA
Pi y Margall 1124
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4361-5040

lunes, 28 de septiembre de 2015

Justicia, no seas lo que pareces o no te parezcas a lo que sos

Justicia, no seas lo que pareces o no te parezcas a lo que sos
Sobre Kuña Guaraní de la Compañía Teatral Romperlanzas

Por Vivi Montes (Lic. en Artes – UBA)


Paraguay, siglo XVIII. En el centro la ley, a un lado dos hermanos guaraníes y al otro, criollos y poder. Tecové, el hermano es sentenciado  a muerte por lujuria, fruto de su pasión un retoño suyo florece mestizo en el vientre de una mujer blanca. En su hermana conviven Irapé, la india, mujer guaraní e Isabel, la monja que ha adoptado nombre cristiano.

Isabel consagró su cuerpo y su castidad a los cielos, pero en la tierra la dudosa justicia de los hombres, investida en la figura de Ángel, el infame juez reclama para sí estos tesoros. Los amores de Isabel despojados de sus pudores podrían ser intercambiados por la vida de Tecové, porque lo que la ley condena al indio permite al blanco que la impone.




Isabel, la mujer guaraní tiene una sola moral y prefiere llorar la vida de su hermano que su desvergüenza o la de ambos. Pero el blanco no perdona y convierte en objeto a la mujer para tomar lo que desea, aunque más no sea para desecharlo.

Sólo un marco de cañas de tacuara, unos cuantos sonidos bien colocados y cuatro actuaciones certeras bastan para que el universo ideado por Gabriel Los Santos y Anniken Whitmore cobre vida. Kuña Guaraní es una obra que, con crudeza pero sin golpes bajos consigue involucrar al espectador cuando es debido.

En el clímax de la obra, la justicia deviene algo que se mendiga. Y en un final con los ojos puestos en un futuro reparador, resuenan ecos penosos de una justicia que, aún en nuestros tiempos, sigue siendo muchas veces desigual. Ojalá veamos un tiempo en que las mujeres ultrajas, violentadas y desamparadas caminando los juzgados sea cosa de un pasado lejano.

Ficha técnico artística