martes, 20 de agosto de 2019

¡Por la dignidad! Sobre “La huelga de las escobas”


¡Por la dignidad!



Sobre “La huelga de las escobas” de Patricia Suárez, Roxana Aramburú y Mónica Ogando
Por Vivi Montes

La huelga de las escobas invita a conocer un hecho histórico acontecido en 1907. En aquel entonces, la municipalidad de Buenos Aires decretó un importante aumento en el valor de los impuestos y los propietarios de los conventillos decidieron trasladarlo inmediatamente a los alquileres, incrementándolos abusivamente. Inquilinos e inquilinas respondieron con inmediata organización popular. Las mujeres, novedosamente, se ubicaban al frente de la huelga; con escobas y agua hirviendo se dispusieron a repeler a todo aquel que intentara arremeter contra sus derechos. Así defendieron con valentía las viviendas de los más humildes enfrentando todo intento de desalojo.

En esta ocasión, destaca la vigencia del texto por el protagonismo de las mujeres en defensa de los derechos más elementales y del fuego inextinguible de las luchas que nos llevan al frente; por las dificultades de acceso a la vivienda que sigue sufriendo gran parte de la población y por la insistencia de la sangre regada en las calles, sea uno o sean treinta mil los muertos siempre los pone el pueblo.

Con algunas aliviadoras notas de humor, una puesta interesante y buenas actuaciones, el Grupo Teatral Rayuela consigue enlazar efectivamente pasado y presente, recordarnos que estamos hechos de retazos de lenguas foráneas, de dialectos, de cachitos de culturas diversas, entretener, emocionar e interpelar a la platea. Una buena oportunidad para encontrarnos con una de esas historias pocas veces contada, esas historias invisibilizadas, relegadas al silencio que pujan por salir a escena para gritar un secreto a voces sobre la implacable fortaleza de la unidad popular. Bienvenido el teatro capaz de parir las historias acalladas hasta que alguna vez la tortilla se vuelva definitivamente.

Ficha artístico-técnica:

Elenco: María Inés Álvarez, Julieta Rocío Barletta, Leticia Cabeda, Guadalupe Farina, Mila Fernández, Gastón Giunta, Marian Moretti, Jorge Ojeda, Cali Rotondo
Diseño de iluminación: David Rosso
Diseño gráfico: Débora Longobardi
Diseño y realización de vestuario: Marina Smith
Prensa: Ditirambo Teatral
Asistente de dirección: Lucas Montagna
Dirección general y puesta en escena: Gustavo Armas

Funciones: Sábados 20hs.
Teatro Buenas Artes Social Club – Guatemala 4484 (C.A.B.A.)


lunes, 12 de agosto de 2019


Danza con la muerte.
Sobre El Porvenir de Eleonora Comelli
Por Valeria Arévalos

Teatro, danza y música combinados. Además de lo escénico, ¿qué tienen en común estos lenguajes? Será lo inmaterial y evanescente del hecho, quizás. Será su relación con la muerte, también puede ser. El teatro y la danza, principalmente, se diferencian de otras artes por su condición vivencial, el artista puede morir en escena. Así, muy simple, frente a nuestros ojos. Cada representación es única e irrepetible, es huella de un hecho que nos invita a ser testigxs. Así como el porvenir, el futuro es la muerte y es lo único de lo que podemos tener certeza.




En este caso, El Porvenir, es una invocación a los vericuetos del destino. Una mujer presagia su muerte, la evoca, intenta evitarla, ensaya una y otra vez un accidente hasta que en el error de la repetición la tragedia se vaya distanciando y encuentre la forma de escapar.


Comelli tiene un bagaje temático que la acompaña a lo largo de su carrera: la muerte, el destino, el azar, la rutina, las relaciones… Es así como ya en Domingo, su opera prima, o en Qué azul es ese mar (ver reseña de Jazmín Cañete sobre "Que azul es ese mar"  en http://lamironaartistica.blogspot.com/2016_11_05_archive.html y la de Vivi Montes sobre "El hombre que perdió su sombra" en http://lamironaartistica.blogspot.com/2019/06/todos-somos-luz-y-somos-sombra-el.htmlvemos elementos que funcionarán como marcas autorales.  En El Porvenir, la amenaza de la muerte funciona como disparador de la acción. La obra se divide en tres cuentos coreográficos: El presagio, La elegida y La posibilidad. En los tres, la mujer consciente de su destino atraviesa distintos escenarios poco prometedores pero cargados de esperanza, la esperanza del amor, del error, de la vida.


Nada está escrito y es por ello que cada escena se despliega, se arma y desarma bajo unas notas disruptivas y a la vez hipnóticas de la mano de Zypce, gran-gran-gran creador de universos sonoros en escena. María Merlino será la actriz encargada de darle voz a esa mujer que espera y desespera. Pero no cualquier voz, sus modos se camuflan, se hunden en el océano, emergen y viajan en tren, no es una voz tranquilizadora que arrulla con su decir, es una voz que evoca palabras sentidas e incómodas, palabras que buscan desandar el camino de la muerte.
Mención aparte para el capítulo II La elegida, no sólo por la impecable destreza y pregnancia escénica de Lucía Bargados y Matías de Cruz, sino por el dispositivo escénico que alcanza su expresión más poética en una franca comunión entre cine, teatro y danza. Un vagón de tren, un afuera que se escabulle, el movimiento que pasa del romance al horror, una misma escena que muta, un final evitable.




Ficha técnico artística



No hay nada más prolijo que devorarse a los propios hijos.
Sobre Tiestes y Atreo de Emilio García Webhi

Por Valeria Arévalos

Una escena post apocalíptica desplegada en todo su esplendor: autos destruidos y abandonados, paredes sucias cubiertas de moho, oscuridad y despojos. Ante ese paisaje un ser, mezcla de coro, demonio y malos presagios, se encarga de declamar la tragedia. Un grupo de niñas vestidas de azafata se presentan empoderadas ante una historia escrita y protagonizada por adultos. Se organizan, diseñan estrategias, si repiten una y otra vez malas palabras…estas perderán su poder. Si se paran en el lugar del victimario, la historia dejará de pasarlas por encima… o quizás no.



Webhi divide la narración en dos actos: Escila y Caribdis, entre la espada y la pared, entre dos peligros imposibles de sortear, alejarse de uno nos llevaría al brazo del otro. La tesis de la obra es clara: la historia la escriben los adultos, la infancia es tachada, consumida, devorada, anulada. En Escila este planteo se plasma de manera eficaz enfrentando a las niñas-azafatas con una legión de monstruos para luego, tomar las riendas del poder y someter a un interminable ejército de payasos en una suerte de eterno retorno a un campo de concentración. En clara referencia a la religión, “Dejad que vengan a mí” es la leyenda que corona la entrada de ese campo, lxs espectadorxs podemos leerla y eso nos ubica inmediatamente afuera, somos libres. También lo son los payasos siniestros que pasan por ese portal para ir quien sabe dónde. Lo que sí sabemos es que el miedo impuesto a la infancia es el miedo equivocado. Temerle a seres inexistentes no las salvará de la tragedia final.


Caribdis retoma la obra de Séneca en torno a una gran mesa, símbolo de encuentro familiar, de comilonas entre hermanxs, de hogar. En este caso, no, nada de eso. La tragedia propiamente dicha sucederá aquí, en una representación bacanal del canibalismo ignorante. El mundo de los mayores devorando una y otra vez a las nuevas generaciones. No es extraño que el horror se repita cuando los mecanismos siguen siendo los mismos.


La falta de una palabra que defina lo irrepresentable, la pérdida de un hijo, dialoga con la dificultad de representar la muerte en escena. Aquello que no podemos imaginar por demasiado terrible, rompe las reglas del decoro y nos lleva a mirar hacia un costado. Acá las hijas serán carne, sus textos desde el más allá llegarán demasiado tarde, nada cambiará. 

Ficha técnico artística


“Historias que vuelven a golpear nuestras puertas”. Sobre “Golpes a mi puerta” de Juan Carlo Gené. Dirección: Dora Milea


“Historias que vuelven a golpear nuestras puertas”
Sobre “Golpes a mi puerta” de Juan Carlo Gené
Dirección: Dora Milea

Por Vivi Montes

Ante una imagen –tan antigua como sea-, el presente no cesa jamás de reconfigurarse (…) Ante una imagen –tan reciente, tan contemporánea como sea-, el pasado no cesa nunca de reconfigurarse, dado que esa imagen sólo deviene pensable en una construcción de la memoria.
Georges Didi-Huberman, Ante el tiempo (2006)

Golpes a mi puerta es un texto escrito por Juan Carlos Gené en 1983 que retrata la violencia extrema del terrorismo de Estado. La piedad de dos monjas que cobijan a un fugitivo del régimen dictatorial plantea un contrapunto interesante entre horror y misericordia, entre semejanza y desigualdad. En 1994, la obra se convirtió en guion cinematográfico y el filme homónimo fue dirigido por Alejandro Saderman; hoy vuelve a ver la luz de la escena teatral con dirección de Dora Milea.

La puesta, estrenada el pasado 4 de agosto en el CELCIT, reactualiza la memoria sobre las dictaduras que acecharon las tierras latinoamericanas durante la segunda mitad del siglo XX, pero también tiende un diálogo con el presente. El autoritarismo como reacción frente a modelos políticos que reivindican la igualdad social es un hecho que continúa golpeando a nuestro continente. En esta ocasión, la puesta se apoya en el conmovedor despliegue de emociones que motorizan las sensibles actuaciones del elenco compuesto por Patricia Palmer, María Marta Guitart, Pablo Caramelo, Livia Fernán, Rodrigo Álvarez, Silvina Muzzanti, César Repetto, Leandra Rodríguez, Jorge Duarte y Lucas Méndez. La austera escenografía resulta el marco justo para que se exprese la historia, el cambio de espacios se resuelve con inteligencia y la luz aporta el drama necesario para plantear un diálogo eficaz entre presente e historia.


Ficha técnico-artística:

Elenco: Patricia Palmer, María Marta Guitart, Pablo Caramelo, Livia Fernán, Rodrigo Álvarez, Silvina Muzzanti, César Repetto, Leandra Rodríguez, Jorge Duarte y Lucas Méndez
Diseño de Iluminación: Leandra Rodríguez (ADEA)
Asistente de Iluminación: Sofía Montecchiari
Diseño del  Espacio Escénico: Marcelo Valiente (ADEA)
Realizador de Utilería: Augusto Latorraca
Diseño de Vestuario: Alejandro Mateo (ADEA)
Diseño Sonoro: Julieta Milea- Marcelo Andino
Diseño Gráfico y Fotos: Adrían Arellano
Fotografía: Gianni Mestichelli
Prensa: Mutuverría PR
Asistencia de Dirección: Mauro J. Pérez
Producción Ejecutiva: Alejandra García
Dirección: Dora Milea

Duración: 100 minutos

GOLPES A MI PUERTA
Desde el 4 de Agosto
Funciones: Domingos a las 19 hs
En CELCIT, Moreno 431, CABA


martes, 6 de agosto de 2019

Ese espejo poético llamado teatro. Sobre “Karamazov”


Ese espejo poético llamado teatro
Sobre “Karamazov”

Por Vivi Montes


Sábado, una sala teatral de Buenos Aires, el público se va acomodando hasta colmar la capacidad. Se apagan de a poco los últimos murmullos de palabras mundanas, porteñas, arrastradas desde la calle; algo grande está por comenzar. El espacio escénico se encuentra claramente delimitado, una soga bordea la escena anudando las historias de los personajes hasta amarrarlos con fuerza. Actores y actrices rodean el lugar de la acción, sentados cual festejantes que esperan el ingreso a la pista de baile en una fiesta de antaño. Aquí la danza lleva el compás de un contrapunto de sentimientos, acciones, imágenes, voces que entonan cantos, objetos y palabras bellamente enhebradas.

Karamazov es una adaptación teatral de la célebre novela de Fêdor Dostoievski, Los hermanos Karamazov, realizada con dramaturgia y dirección de  César Brie. Karamazov es además el ritual teatral que escasea en nuestros escenarios; es un viaje mágico a la Rusia vio nacer el texto literario, pero también a las profundidades de lo humano donde la materia parece desvanecerse en una composición compleja donde la pureza es un estado que se abandona con la niñez. Hombres y mujeres se debaten entre sus cualidades de víctimas y de victimarios en una obra en la que todo es expresión de grandeza.

Brie consigue llevar a escena un texto aparentemente insondable y lo convierte en una puesta cautivante, en una ceremonia en la que lo visual, lo auditivo y lo emotivo atrapan. El elenco, compuesto por Fernando Bender, César Brie, Emiliano Dionisi, Germán Fonzalida, Iván Hochmann, Gabriela Ledo, Abril Piterbarg, Florencia Michalewicz, llena de vida las historias que entrelazan a los personajes hasta enredarlos y, simultáneamente, deja entrever un impecable trabajo de entrenamiento y precisión que eleva la puesta. Karamazov es una excelente oportunidad para asomarse a una de las grandes obras de la literatura universal, para perderse en una experiencia teatral maravillosa y enfrentarnos al espejo de lo humano que no siempre nos devuelve nuestra mejor cara, pero sin dudas nos provoca el planteo de los interrogantes justos.



Ficha técnica:
Elenco: Fernando Bender (Smerdjakov, Gregorio); César Brie (Fêdor Karamazov. Monje. Capitán Snegirev); Emiliano Dionisi (Aleksej Karamazov, Polaco); Germán Fonzalida (Dimitri  Karamazov, Perezvon, Nicolas); Iván Hochmann (Iván Karamazov); Gabriela Ledo (Grushenk’a, Sofia); Abril Piterbarg (Lise, Generala, Iljuscia, Marfa); Florencia Michalewicz (Katerina, Adelaida, Chochlakova, Mujer)
Música: Pablo Brie
Musicos en vivo: Matías Wilson, Gabriel Quinia
Luces: Sergio Taddei, César Brie
Piso de escena: Giancarlo Gentilucci
Muñecos: Tiziano Fario, Alfredo Iriarte
Escenografía: César Brie
Vestidos: Giada Fornaciari, Mia Fabbri
Acondicionamiento de vestuarios: Sol Castañeda
Redes sociales: Fica Creativo
PrensaOCTAVIA Comunicación
Fotos: Hernán Paulos
Apoyos institucionales: Espacio cultural nuestros hijos
Productor asociado: Sergio Tisminetzky
Producción general: Fernando Rosen
Dramaturgia: César Brie (adaptación teatral basada en la novela de Fêdor Dostoievski)
Dirección: César Brie

Funciones: sábados, 20 hs. (Hasta el 28/9)
Lugar: El Galpón de Guevara (Guevara 326, CABA)

miércoles, 31 de julio de 2019


Elige tu propia aventura
sobre “¿Querés ser feliz o tener poder?” de Cecilia Propato Carriére
por Gastón Czmuch

Al ingresar el público se le asigna a cada uno un número – destino: podrás estar del lado del poder o de la felicidad. Entonces, una vez revelado de que lado estás, tendrás la posibilidad de ser el único espectador de tres monólogos. Es así entonces que, para arrancar, los espectadores deben ingresar a esta maquinaria que (metafórica y materialmente) enfrenta al poder de la felicidad. Siguiendo este enfrentamiento es que el espacio se divide en dos líneas de cubículos en donde los espectadores, de a uno y sólo pudiendo seguir la línea de poder o felicidad que le ha tocado, podrán transitar solo por tres cubículos en donde el actor sólo estará actuando para él, casi en un acto de confesión.  En el medio, irrupciones en donde vemos como se conectan estos más de 20 personajes entre ellos por unos instantes, para que luego vuelvan a su destino: la confesión uno a uno.





Este espectáculo distinto, dirigido por Cecilia Propato Carriére, que por momentos roza lo performático, nos hacen pensar como se responde esta pregunta que da título a su obra… ¿se puede elegir? ¿qué significa ser feliz? ¿qué significa tener poder? ¿no se tiene que estar empoderado para ser feliz?


Mientras todo esto sucede, de fondo se proyectan escenas de películas… recortes de otras historias, a la “Cinema Paradiso” y grandes momentos que nos recuerdan que decirle a alguien “te quiero” o “te extraño” debería ser mucho más seguido de lo que seguramente lo hacemos.


La obra está los viernes a las 22:30 en el Teatro Empire (Hipólito Yrigoyen 1934 – Capital Federal)


Ficha técnico-artística
Idea: Cecilia Propato Carriére
Dramaturgia: Cecilia Propato Carriére
Actúan: Javier Ahumada, Max Amarilla, Valentín Ambordt, Camila Paz Ballesteros, Alan Barceló, Inés Baum, Cecilia Branca, Sebastián Buzio, Silvia Dietrich, Julián Felcman, Delfina Fumiere, Hugo Gottschalk, Melina Fernández Guzmán, Natalia Herczeg, Fernando Cesar Martínez, Valentino Pla, Cecilia Propato Carriére, Matías Rombola, Santiago Saracca, Natalia Urbano, Vilma Andrea Villamil
Artistas invitados: Dominique Antoine, Santiago Barbarelli, Bruno Blasi, Edda Bustamante, Vanesa Cardella, Valeria Cardinale, Julián Cardoso, Gerardo Cardozo, Marina Cohen, Déborah Fideleff, Sofia Ganzero, Daniel Kargieman, Javier Meringer, Marisol Olmedo, Alex Pandev, Leopoldo Piazza, Felipe Ponce de León, Jerónimo Sabaté, Angie Solari, Roberto Suárez, Matías Vizcaya
Vestuario: Emma Yorio
Diseño de luces: Cecilia Propato Carriére
Canciones: Sebastián Buzio
Video: Grupo Uom, Diana Baxter, Nubia Campos Viera
Audiovisuales: Nubia Campos Vieira
Música original: Agustín Konsol
Fotografía De Escena: Chocho Medina
Asistencia de escenario: Franco Alberti
Asistencia De Piso: Chocho Medina
Asistencia técnica: Franco Alberti
Asistencia de dirección: Dabhya Salinas, Héctor Sánchez Cardillo
Producción ejecutiva: Siôn Labbé
Dirección: Cecilia Propato Carriére


Cuando el dolor se vuelve llaga
sobre “Las promesas” de Juan Andrés Romanazzi
por Gastón Czmuch

Un padre se va. Una madre que llora. Una hija que espera. Y esa promesa de volver que suspende todo. Una vida en suspenso. ¿Cómo se vuelve a la rutina diaria después de eso si nuestra vida ahora ronda en imaginar ese regreso todo el tiempo?





Un trabajo maravilloso, de una sensibilidad plena. El texto de Juan Andrés Romanazzi está plagado de imágenes y su trabajo como director irá por la pista opuesta: un montaje con nada más que con el cuerpo de la actriz y unas cajas que arman un dispositivo con leyes propias. Y allí se arma este mundo, el mundo de Georgina. De esa espera con la que todos nos sentimos identificados (¿quién no espero alguna vez algo que parecía no llegar nunca?)


El trabajo de Paula Fernández Mbarak es monstruoso, arrollador. Imposible no salir completamente aturdido. Se destaca su trabajo espacial y su relación con los objetos, una labor realmente precisa.


Una completa poesía dramática sobre heridas que no cierran, como ausencias que marcan y que, de antemano, sabemos que nos han marcado de por vida. Como dice uno de sus textos: “Yo pensé, yo pienso todo este tiempo: las promesas no son como el vino. No maduran, no se ponen buenas con el tiempo. Las promesas cuanto más se añejan más duelen y pasado un tiempo se hacen maldición. Ahí está”.

La obra está los sábados a las 20:30 en el Espacio Polonia (Fitz Roy 1477 – Capital Federal)


Ficha técnico artística
Dramaturgia: Juan Andrés Romanazzi
Actúan: Paula Fernández Mbarak
Iluminación: Leandro Crocco
Diseño de vestuario: Julia Camejo
Diseño de espacio: Julia Camejo
Fotografía: Beto Repetto, Clara Romanazzi
Diseño gráfico: Bárbara Delfino
Asistencia de dirección: Iñaki Vergara
Colaboración artística: Julieta De Simone
Dirección: Juan Andrés Romanazzi

miércoles, 10 de julio de 2019


Si se pudiese desear sin límites
Por Valeria Arévalos

En un rincón: las madres. En el otro rincón: lxs hijxs. En el medio: el amor, el deseo, los miedos, la vulnerabilidad, la fuerza, la alegría, el baile, el llanto, la bronca, los secretos, las ganas, el karaoke, el tren.



La maternidad idealizada sólo existe en los reality-shows o en las revistas. En la vida real el proceso es acompañado por dudas, errores y decisiones que forman parte del devenir madre y de saberse falible. Silvia Villazur encarna a una madre que teme y es ese temor el que la encadena al piso, pero ¿a qué le tiene miedo en realidad? Su hijo, Juan Ignacio (Guido Botto Fiora), está ahí, con ella y para ella. Está presente en su vida y la mínima posibilidad de distancia la enfrenta con la posibilidad de una profunda soledad. Entonces se equivoca, lo cuida hasta de sí mismo, le corta alas que aún no crecieron, lo aísla de un padre que no lo quiere y pretende acompañarlo al colegio cada día como símbolo de ese transitar juntxs la vida en mutua dependencia. El, sin embargo, quiere volar, desea y quiere fuerte, quiere mucho, se anima y juega, se anima y llama a ese padre, aunque la respuesta del otro lado sea el desamor, se anima y pide un deseo (y dos y tres). Se anima…y le suelta la mano a la madre, aunque sea por unas cuadras.   


Valeria (en la función que vimos, interpretada por Cali Rotondo) es la prima que viene de la Capital. Su madre también se equivoca, le encuentra un porro y decide aislarla de todo su mundo (universidad, novio, amigxs). Tanto Valeria como Juan cargan con carteles dibujados por sus madres: el Especial – la Drogadicta. Sin embargo, estxs primxs deciden asumir el peso de esos estigmas y llevarlos como una mochila más para su viaje, invertir tiempo en afirmar lo que no son sería en vano. Deciden relacionarse desde el amor y la libertad, desde la alegría y la falta de temores propio de la edad. Llenan por unos días esa casa de música y bailes, de charlas y planes. Ambxs quieren subirse a un tren y partir y ambxs lo lograrán. Juntxs y poderosxs.


Como si pasara un tren de Lorena Romanín genera un viaje a la emoción, pasando imperceptiblemente de la risa al llanto. Las interpretaciones de Villazur, Botto Fiora y Rotondo son sensibles y exactas, se nota el trabajo detrás de la obra. Todo el dispositivo escénico nos invita a ingresar a ese living y disfrutar de una historia única y, a la vez, una historia como tantas otras.

Ficha técnico artística