lunes, 7 de septiembre de 2015

Antígona Vélez, la mujer del corazón desnudo

Antígona Vélez, la mujer del corazón desnudo

Por Vivi Montes (Lic. en Artes – UBA) 

Antígona Vélez es una reversión pampeana del mito griego de Antígona, hija de Edipo. Antígona Vélez fue la madre de sus hermanos y tiene el corazón en la noche, partido en dos mitades, una para cada hermano muerto.
La muerte ha encontrado luchando lanza contra lanza a Ignacio y a Martín Vélez. Facundo Galván ha decretado lágrimas y rezos para el  que murió defendiendo las tierras de la familia. Martín Vélez descansa ya, bañado en agua de rosas, con las candelas iluminando su cabecera y sus pies, descansa ya eternamente envuelto en sábana nueva. Facundo Galván ha decretado silencio y soledad para el otro, ni nombrar a Ignacio Vélez se permite, el fiestero, el que murió luchando junto a los indios yace tendido en el barro frío, insepulto, con los ojos reventados, vaciados por las aves rapaces.
Antígona desoye la ley impuesta, porque conoce leyes que están por encima de todos los hombres y cava la tumba de Ignacio Vélez. La tragedia es inminente, no habrá lecho nupcial para Antígona Vélez, solo una tumba helada.



Con puesta en escena y dirección general de Marcelo Silguero asistimos a una nueva versión de la obra de Leopoldo Marechal. Con una acertada sucesión de escenas que gana en intensidad y dinamismo lo que resigna en duración, la obra destaca lo suficiente del texto elevando el valor visual de cada cuadro, sobre todo en las escenas de conjunto logrando imágenes de una exquisita composición.

La sonorización en vivo es otro de los aciertos de la puesta, los músicos Florencia Blanes (Chelo) y Juan Martín Decarre (Violín) crean climas ideales. En definitiva, se trata de una armoniosa composición visual y sonora que se acopla a la trágica belleza del texto original. Y entre estas tres aristas late y se expresa la ley que no conoce del poder de los hombres, sino de la verdad de la tierra.




Ficha técnico artística