martes, 26 de noviembre de 2019


En la alta hierba envenenada. Sobre Respira de Gabriel Grieco
Por Valeria Arévalos

Tras pasar por distintos festivales internacionales, aterriza en el BARS el último filme del director argentino Gabriel Grieco, Respira. El cine de terror suele funcionar como caja de resonancia de aquellas cuestiones sociales que no encuentran su reflejo en otros géneros. Grieco toma esta potencialidad del terror y se mete de lleno con temas de actualidad. Con su película Naturaleza muerta (2013) aborda el tema del veganismo y con Hipersomnia (2016) el de la trata de mujeres. Aquí, en Respira, toma un tema urgente que nos involucra a todxs: el uso de agrotóxicos que genera un paulatino y no tan silencioso exterminio en la población.




Violencia, tensión, oscuridad y cáncer. Máscaras antigás y animales muertos. El terror se cuenta sólo. El gran logro de este largometraje es de no recurrir a universos inverosímiles para contar un horror que ya existe y que nos resulta muy cercano. La fuerza está puesta en lo simple y concreto del relato y en lo ajustado de la dirección de actores. Los personajes centrales, encarnados por Lautaro Delgado Tymruk, Sofía Gala, Daniel Valenzuela y Leticia Bredice, le otorgan la profundidad necesaria a la trama para que la tensión y el peligro traspase el fotograma. No hay final feliz posible, todo está podrido.


Mezcla de home invasion invertido y de eco-thriller, Respira es un ejemplo claro de que el cine de terror argentino está más vivo y fuerte que nunca.  



Respira
2019 (Argentina) - 78 min.
Directores: Gabriel Grieco
Elenco: Sofia Gala, Lautaro Delgado Tymruk, Leticia Bredice, Gerardo Romano, Nicolas Pauls, Daniel Valenzuela y Luz Cipriota


Presentes! Sobre Casa Linguee de Christian García
Por Valeria Arévalos

El largo pasillo que nos conduce hacia la sala nos va presentando imágenes familiares, rostros de aquellxs que ya no están: Santiago, Rafael Nahuel, López… Se construye, desde el minuto cero, la ausencia como clima. Una vez enfrentadxs al gran escenario de Hasta Trilce, vemos a algunos personajes encarando un diálogo extrañado, mezcla de tensión y misterio. En el otro rincón, un pintor. Tras plantar una bandera boliviana como declaración de principios, continúa con la tarea del artista. No vemos aquello que pinta, no lo entendemos tampoco. Es uno de esos datos polisémicos que la obra nos ofrecerá y que conformará esa fauna humana llamada Casa Linguee.



El elenco es enorme, menudo desafío para el director, Christian García, lograr que los distintos planos de la obra fluyan de manera armoniosa y no se opaquen los discursos entre sí. Todxs menos uno funcionan a un ritmo acelerado, característico de la vida moderna, de llegar a un trabajo rutinario, repetir una y otra vez la misma tarea sin pasión, ni emoción, ni sorpresa. Ese uno que camina a otro ritmo es “el nuevo”, un aspirante a cubrir un puesto incierto que busca a cada rato un poco de atención, de parar la vorágine de ese sótano funerario y que alguien lo mire a los ojos, lo reconozca y le diga qué hacer. El punto fuerte de la obra está ahí, en ese sujeto que pulula por el espacio sin lugar. En esa persona que está ausente en presencia, que desentona, no es reconocido, que no detiene el devenir de todo a su alrededor.


Casa Linguee tiene apuestas fuertes e interesantes en cuanto a una puesta en escena que danza con el caos y utiliza el relato como una partitura coral. Todo es movimiento hasta que la muerte se nombra, se hace tangible. Ahí, la uniformidad y el silencio, el acompañamiento a lxs que quedan y el recuerdo hacia quienes ya no están. Una vez más, el escenario se vacía, dejándonos en compañía de esos rostros que nos siguen faltando.


Casa Linguee regresará en el 2020 para su cuarta temporada.
Ficha técnico artística