Pensar el
mundo en imágenes
Por Vivi
Montes (Lic. en Artes – UBA)
La sal de la
tierra
de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado bien puede resumirse como una
reflexión visual sobre el estatuto de la imagen.
Sin embargo, la película no es una
recopilación caprichosa de las imágenes colectadas en tantos años de trabajo
por el célebre fotógrafo Sebastião Salgado. La sal de la tierra es la combinación
de una multiplicidad de calidades de imagen, de diversos registros que
confluyen en un cómplice encuentro entre el cine y la fotografía. El filme se
compone -como una compleja partitura- con las fotografías de Sebastião, material
de archivo registrado en Super8 e imagen blanco y negro para la narración en
pasado que vira maravillosamente, es decir cinematográficamente, a color para
situarnos en el presente del relato. Las imágenes son utilizadas como notas
visuales que hacen vibrar todas las fibras del espectador.
En la apertura del filme se describe al
protagonista como alguien que escribe y
reescribe el mundo con luces y sombras. Entre esas luces y esas sombras la
lente de Salgado se traduce en dolor, en tormento, en belleza, en denuncia, en
política, en amor, catástrofe, esperanza, fuerza y en tantos etcéteras. La
lente de Salgado contiene al mundo todo, al Hombre todo y la película logra un
magistral equilibrio para dar lugar a tanto y dejar espacio también, al fluir
de una emoción constante.
La sal de la
tierra
conmueve, todo el tiempo, no sólo por lo aterrador del material que contiene,
emociona por la humanidad que contiene. Emociona porque, todo el tiempo subraya
el encuentro entre los hombres. Emociona porque muestra y reconoce la necesidad
de ver lo terrible que nuestra especie puede hacer, pero a la vez reconoce el
potencial de nuestra especie para reconciliarse con el entorno y con el Otro.
Wenders y Ribeiro Salgado logran transmitir
la inmensidad de lo visto por Sebastião en cada
uno de sus viajes. La pregunta resuena: ¿Cómo pudieron esos ojos soportar tanto
dolor? Seguramente, solo cámara mediante pueda soportarse tanto dolor. Esas
imágenes tienen que dejar cicatriz, invariablemente. Entonces aparece el último
aporte valioso del filme, la respuesta a la pregunta sobre qué hacer ante el
horror de la mano del hombre sobre el mundo. Replegarse, volver a la naturaleza,
a los orígenes, y comenzar de nuevo para
cerrar en paz el ciclo de la vida.
Ficha técnica
Dirección: Wim Wenders y Juliano Ribeiro
Salgado
Guión: Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado y
David Rosier
Música: Laurent Petitgand
Maquillaje: Sarah Machal y Bru Simões
Fotografía: Hugo Barbier y Juliano Ribeiro
Salgado
Montaje; Maxine Goedicke
Narrador: Win Wenders y Juliano Ribeiro
Salgado
Protagonista:
Sebastião Salgado
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