Justicia,
no seas lo que pareces o no te parezcas a lo que sos
Sobre
Kuña Guaraní de la Compañía Teatral
Romperlanzas
Por Vivi Montes (Lic. en Artes – UBA)
Paraguay, siglo XVIII. En el
centro la ley, a un lado dos hermanos guaraníes y al otro, criollos y poder. Tecové,
el hermano es sentenciado a muerte por
lujuria, fruto de su pasión un retoño suyo florece mestizo en el vientre de una
mujer blanca. En su hermana conviven Irapé, la india, mujer guaraní e Isabel,
la monja que ha adoptado nombre cristiano.
Isabel consagró su cuerpo y su
castidad a los cielos, pero en la tierra la dudosa justicia de los hombres,
investida en la figura de Ángel, el infame juez reclama para sí estos tesoros.
Los amores de Isabel despojados de sus pudores podrían ser intercambiados por
la vida de Tecové, porque lo que la ley condena al indio permite al blanco que
la impone.
Isabel, la mujer guaraní tiene
una sola moral y prefiere llorar la vida de su hermano que su desvergüenza o la
de ambos. Pero el blanco no perdona y convierte en objeto a la mujer para tomar
lo que desea, aunque más no sea para desecharlo.
Sólo un marco de cañas de tacuara,
unos cuantos sonidos bien colocados y cuatro actuaciones certeras bastan para que
el universo ideado por Gabriel Los Santos y Anniken Whitmore cobre vida. Kuña
Guaraní es una obra que, con crudeza pero sin golpes bajos consigue involucrar al espectador
cuando es debido.
En el clímax de la obra, la
justicia deviene algo que se mendiga. Y en un final con los ojos puestos en un
futuro reparador, resuenan ecos penosos de una justicia que, aún en nuestros
tiempos, sigue siendo muchas veces desigual. Ojalá veamos un tiempo en que las mujeres
ultrajas, violentadas y desamparadas caminando los juzgados sea cosa de un
pasado lejano.
Ficha técnico artística
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