domingo, 20 de septiembre de 2015

Váyase (a ver Tamorto) y viva

Váyase (a ver Tamorto) y viva 

Por  Vivi Montes (Lic. en Artes – UBA)


Arlequín ha muerto. Qué terrible noticia. Sin embargo en lugar de asistir a un triste lloro por la pérdida irremediable de tan entrañable personaje de la Comedia del Arte, Tamorto (romance de Arlequín y la muerte) pone en escena un desopilante encuentro entre el susodicho y su anunciada muerte.


Con un despliegue de destreza, oficio y humor de todos los colores, se suceden entre risas y carcajadas y en complicidad con el público las últimas horas de Arlequín. El encuentro con la Parca es inevitable, que sea antes, que sea después queda en manos del amigo Pierrot o del despechado Pierrot, ya que un triángulo amoroso entre los dos masculinos y la sensual Colombina altera los tiempos de la historia.




Arlequín es ejecutado por Jorge Costa con una energía impresionante que le otorga al personaje todo lo que de pícaro, movedizo, acrobático y astuto supone el original. Julia Muzio da muestras de su versatilidad artística cambiando de personajes y demostrando en todos gran calidad actoral, su inexperta muerte brinda a la obra un cierre ideal. Emiliano Larea compone un Pierrot que calza a la perfección en el mecanismo de la pieza, destaca cuando tiene que destacar y acompaña con precisión cuando hace falta. Romina Mónaco nos muestra una Colombina caliente, popular, casi tanguera y Fernando Pérez completa musicalmente a este exitoso equipo.



Con dirección de Jorge Costa y Roberto Sánchez, Tamorto sacude (de risa) al espectador que, un tanto desacostumbrado a la participación se puede reencontrar con una original y muy buena forma de revisitar un género también un tanto desacostumbrado y olvidado en la cartelera porteña, la Comedia del Arte.

Ficha técnico artística


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