lunes, 26 de septiembre de 2016

“…No nos cabe una estamo' re jugados[1]
Por Valeria Arévalos

En tiempos que alojan más odio que amor. En una sociedad en donde las palabras salen disparadas como balas sin importar el daño que provoquen. Aquí y ahora, Menea para mí hace falta. Hacía falta darle lugar a los sin lugar, a aquellos que son tema de debates, pero nunca de diálogo. De quienes se habla, pero a quienes no se escucha. Las historias que no suelen ser contadas, aquellas que nacen en lo más marginal del barrio, en las zonas que se prefieren esquivar. Ahí sucede Menea para mí.


La puesta de Mariana Cumbi Bustinza enfrenta al espectador con una realidad ajena, le habla a la cara, lo increpa, lo interpela. El atravesar montañas de basura, papeles, bolsas. Inmiscuírse en los pasillos de la villa. Escuchar la cumbia resonando como mantra barrial. Escuchar la historia de Maxi, que no es suya sola. Es la de muchos pibes que querrían haber nacido sin tener que codearse con la muerte a cada esquina, pero es lo que les tocó. Y es lo que enfrentan como pueden.


Menea para mí no es sólo una obra de danza, cumbia y teatro, es un espejo que nos devuelve la imagen deformada de la sociedad. Esa imagen que nos muestra cómodamente sentados en una butaca del barrio de Abasto (o en casa, frente a la tv) mientras cientos de pibes van cayendo como moscas. Cuando hablamos del poder transformador del arte, es esto. Es ofrecer una historia desde el corazón sincero y atravesar sensibilidades. Quizás así, el verdadero cambio sea posible.
Ficha técnico artística

Mención Especial PREMIOS TEATRO XXI a la actividad teatral 2014-2015






[1] Letras de Llegamos los pibes chorros

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